
POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Transcurría el año 1774 cuando el vecino de Ribadesella Manuel de Nozeda contrató un patache para exportar castañas, avellanas y limones procedentes de los pueblos de Cofiño, Fíos y Pendás hacia Vizcaya; (llamaban pataches a ciertas embarcaciones que navegaban por la costa asturiana).
Cuando en agosto de 1791 el Marqués de Vistalegre se hizo con la representación de Ribadesella ante la Junta General y delegó en otros para cubrir las representaciones de Cangas de Onís, Piloña, Caso, Onís, Amieva y Cabrales coincidió con Nicolás de Rivera Llano-Ponte quien -como procurador general interino- representaba a Parres.
Éste último le apoyó para que Ribadesella lograse del Principado la pretensión para habilitar el puerto y la villa de Ribadesella para el establecimiento de una aduana, compitiendo así con Gijón.
En el año 1803 el rey Carlos IV nombró al presbítero Josef Vicente Pereda como director de las obras de la Real Fábrica de Hoja de Lata de Fontameña (fuente amena) en Prestín -próxima a Cangas de Onís- pero en el concejo de Parres.
El marqués de Vistalegre -junto con el conde de Marcel de Peñalba o el marqués de Camposagrado, entre otros, apoyaron decididamente esta Real Fábrica cuya producción pensaban llevar hasta Ribadesella siguiendo el cauce del Sella.
Cuando el citado director de las obras y buen conocedor del proceso de fabricación de hoja de lata llegó a ese lugar de Parres escribió lo siguiente: “…bello y delicioso paraje que dista de Cangas de Onís medio cuarto de legua, inmediato a la mar por la ría de Ribadesella, con tan bella proporción, que pueden venir embarcadas en chalanas hasta la fábrica las primeras materias de que necesita, e igualmente desembarcar en Ribadesella los efectos manufacturados en ella”.
Claro que nos preguntamos el porqué de ubicar a 25 km. de Ribadesella una fábrica que se podía levantar en la misma villa riosellana, pero es que el verdadero promotor de la misma era Julián Antonio Noriega Llerandi, natural del concejo de Parres y Tesorero Real nombrado por Godoy, a quien conocemos -entre otros muchos datos, reseñas y biografías- por el magnífico retrato que de él (y otro de su esposa) hizo Francisco de Goya y cuya vida fue toda una novela… con trágico final, como ya contamos tantas veces.
Este parragués Tesorero Real mantuvo buena amistad con el gran riosellano Agustín de Argüelles Álvarez -que fue presidente de las Cortes, tutor de Isabel II, ministro y redactor de las constituciones de 1812 y 1837- y le concedió un buen trabajo, puesto que “El Divino” ingresó en la Caja de Convalidación de vales reales. De hecho, el sobrante de la deuda de granos que entraban por el puerto de Ribadesella fue destinado a la Fábrica de Fontameña y hay constancia de que -antes de 1806- en esta fábrica se habían recibido 285.946 reales (más de un millón de euros de nuestros días), una fortuna en aquellos tiempos en los que Asturias vivía casi en la miseria.
En 1823 volvemos a encontrar unidos a vecinos de Parres y Ribadesella en las llamadas Milicias Voluntarias, que eran batallones formados por voluntarios liberales sometidos a los jefes políticos que nombraban los ayuntamientos para hacer frente al absolutismo del rey Fernando VII (por cuya culpa sufrió cárcel y exilio Agustín de Argüelles).
En abril de 1823 riosellanos, parragueses y llaniscos derrotan a los absolutistas con un saldo de quince muertos y siete prisioneros.
Y corría el año 1846 cuando entre las cuentas del ayuntamiento parragués encontramos citados los viajes a Ribadesella para recoger la sal. Con minuciosidad aparecen anotados cada uno de los descargos que se abonaban en metálico al encargado de acudir -una vez cada dos semanas- para recoger con su carro la sal que se precisaba en el concejo de Parres.
Por último, sería muy largo citar aquí las causas y razones por las que muchísimos parragueses se acercaron a la villa riosellana para tomar el bergantín Habana que -en sus trece años de navegación- surcó el Atlántico cargado de ilusiones y proyectos camino de la emigración hacia los países hermanos de Hispanoamérica.
¡Cuántas familias parraguesas habrán acudido a despedir a sus seres queridos al lugar donde el Padre Sella deja de ser río para abandonar su dulzura en la sal del mar Cantábrico!
…Y ya en el siglo XX la relación entre ambos concejos se pone de manifiesto especialmente cada mes de agosto con el Descenso Internacional del Sella del que tantos artículos hemos publicado, dado que la que comenzó llamándose por su creador Dionisio de la Huerta Casagrán “Regata de Piraguas” tiene su salida en las inmediaciones del puente de Arriondas desde que el jueves, día 28 de julio de 1932 se dio por primera vez la salida en la capital parraguesa en la que -con el tiempo- se consideraría su tercera edición, con su meta riosellana; Fiesta de Las Piraguas de Asturias que cada verano une más las dos villas y las hace protagonistas de la única fiesta declarada de “interés turístico internacional” en todo el Principado de Asturias.FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez