ALMACENES RAMAR. UN COMERCIO NOVEDOSO EN ARANJUEZ
Aranjuez ha destacado a lo largo de su vida como Municipio puntero de la Comarca en el ámbito comercial e industrial. Uno de los apartados corresponde al comercio. Hasta la llegada de la Guerra Civil, Aranjuez tenía un comercio floreciente y bien surtido, no había grandes almacenes, salvo en el ramo de la alimentación con los ultramarinos. El textil, calzado, relojería, fotografía, taxis, omnibuses, etcétera, estaba presente, pero no en comercios que resultasen espectaculares.
Pasada la contienda civil, y con una sociedad diezmada, quebrada por las diferentes tragedias debido a la perdida de seres queridos, Aranjuez comienza a recomponer con mucho esfuerzo el pequeño tejido comercial, sin olvidar el florecer de otra modalidad de comercio, el llamado “estraperlo”. Madrid, como capital de España, tiene lógicamente un volumen de crecimiento diferente en los distintos ramos del comercio. En este caso nos ocupa el ramo textil y observamos en la prensa nacional como el día 3 y 11 de septiembre de 1943 el Sindicato Nacional Textil daba noticia de la puesta a la venta de tejidos de algodón fino con tipo único; así como la importante relación de comercios donde se podría adquirir los tejidos de algodón, entre ellos llama la atención: Almacenes RAMAR, ubicado en la calle de Atocha, nº. 23, y en la calle Hortaleza, nº. 37 en Madrid. Como referencia hay que resaltar que El Corte Inglés S.A. como firma comercial, se fundaba en Madrid en 1940.
Un importante motivo que llevaba a cabo Almacenes RAMAR, era la participación en actos sociales como el Concurso de Escaparates con el embellecimiento de los escaparates de su establecimiento llegada las fiestas patronales, Navidad, etcétera. Actividad habitual que en muchas ocasiones reportaba a la dirección el consabido prestigio y reconocimiento de las autoridades municipales que organizaban los concursos, y a la vez el atractivo para llamar la atención del posible cliente.
Como ejemplo, en mayo de 1943 los Almacenes RAMAR de Atocha en Madrid recibían el segundo premio del Concurso de Escaparates por participar con el atrezo inspirado en el cuento de “La Cenicienta”.
Almacenes RAMAR, era tras la Guerra Civil, una de las firmas comerciales más importantes en la provincia de Madrid. Tras su implantación con el despacho central en la calle Atocha, la dirección decide años después abrir una sucursal en Aranjuez.
El día 9 de agosto de 1947 se inauguraba las instalaciones de la Sucursal de Almacenes RAMAR en Aranjuez, quedando ubicada en la calle Generalísimo Franco, nº. 24. Aunque figuraba este calle y número, el amplio comercio se situaba haciendo esquina a esta calle y la de Abastos. La entrada al establecimiento era concretamente por el chaflán que hacía a estas dos calles.
RAMAR se anunciaba a la clientela ofreciendo entre sus artículos «Pañería selecta, Lanas, Seda de alta costura, Fantasías, Género de punto, Medias, Calcetines, Mantas, Lanas de labores, Gamuzas, Mantelería, Colchas, Gabardinas, Abrigos de pieles, Tejidos en general». Con el tiempo incorporaron a la venta uniformes de colegios, alfombras, cristalería, loza, y un sinfín de artículos.
La forma de venta al cliente, por el escaso nivel económico que existía en la sociedad en aquellos años, era la del “fiado”, es decir, abriendo una cuenta en el comercio y pagando todos los meses lo que podía cada familia.
Me viene a la memoria de cuando era chico de ver esta forma de pago que era habitual, inclusive hasta hace algunos años atrás, pues desde antaño ha existido el llamado “perragordero”, personaje que vendía al “fiado”. Este comerciante llevaba el género a la puerta de la casa del cliente para venderlo directamente, por ejemplo: juegos de cama, toallas, etcétera. Y para cobrar, el “perragordero” iba a cobrar al cliente bien por semanas, quincenas o al cumplir el mes, siempre en función de cómo le indicase el comprador. Era habitual ver los domingos por la mañana al “perragordero” pasar a las corralas o vecindades para ir cobrando puerta a puerta al cliente que tenía cuenta abierta con el comerciante. De ahí que aquél cobrador que había vendido al “fiado”, podía percibir por el cliente como pago esa semana: una perra gorda. El “perragordero” llevaba una enorme libreta con tapas duras y con hojas rectangulares de unos veinte centímetros de largo por cinco de ancho, eran las hojas de todas las cuentas de la gente que le debía. Hay que aclarar para las generaciones más jóvenes que lean este artículo, que la perra gorda fue una moneda de cobre o aluminio equivalente a 10 céntimos de peseta y se acuñó por primera vez en 1870.
Los Almacenes RAMAR estuvieron funcionando con la venta al público hasta comienzos de la década de los años ochenta del siglo pasado. En los locales donde estuvo instalado este comercio, tiempo después se instaló el Banco Español de Crédito, y en la actualidad está ubicada Caja Castilla-La Mancha. Los Almacenes RAMAR estuvieron considerados como un comercio importante, como El Corte Inglés en pequeño.
Hoy, los Almacenes RAMAR han quedado en la memoria del vecindario como referente de la historia comercial de Aranjuez y la Comarca durante cuarenta años.
Publicado el día 27 de diciembre de 2013 en El Rincón del Cronista http://joseluislindo.wordpress.com/