POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BROJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)

A resinar y a recortar
los pinos de El Espinar.
A resinar y adecentar
los pinos de los bosques de Las Lastras y Zarzuela del Pinar.
A bienherir y hacer reír
los pinos con la hoja de un fino bisturí.
A sangrar y cortar
los troncos gordos y altos más y más,
y a dividir y repartir
la resina para convivir.

Vienen y van los segovianos
como en los tiempos ya lejanos
en que comer era posible
haciendo en todo lo imposible
por llevar pan al dulce hogar:
vender, pescar, cazar y resinar.

A resinar, a resistir,
a laborar y sobrevivir.
A subirse a la copa
-galopa, galopa-
del negro porvenir
sin jamás desistir.
Y que luego,
fuera el fuego,
nos sepamos divertir
sin otra copla que añadir,
como una piña,
rabia rabiña,
dime que sí
a la p y a la eñe, a la a y a la i. A resinar, a resinar
los pinos de El Espinar.
A resinar, a resinar
los pinos de las Lastras y Zarzuela del Pinar.
A bienherir, a bienherir
los pinos con la hoja blanca del bisturí.
A sangrar y sangrar
los troncos gordos y altos más y más.
A dividir y repartir
la resina para vivir.
Vienen y van los segovianos
como en los viejos tiempos ya lejanos
en que comer era posible
haciendo siempre lo imposible
por llevar pan al dulce hogar:
vender, pescar, cazar y resinar.
A resinar. A resistir.
A laborar y sobrevivir.
A subirse a la copa
-galopa, galopa-
asegurando el porvenir.
A la China, la China
la resina,
y no hay más que rimar ni decir.