POR JOSÉ MARÍA SUÁREZ GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE GUARROMÁN (JAÉN)
Una vez mi cuñada Carmen, preparando un viaje me preguntó: ¿Qué quieres que te traiga de la India? Siendo tantas las cosas que conforman las entretelas de ese país de milenarias culturas sólo se me ocurrió decirle: ¡Tráeme una cuchara de palo de allí!
Los hindúes suelen comer utilizando la propia mano como cuchara, no usando tradicionalmente este utensilio occidental. Está en concreto la encontró en un anticuario de Kovalám, en Kerala, y posiblemente perteneció a alguna familia británica de la época colonial antes de la independencia de la India en 1947.
Sea como fuere es la primera cuchara de mi colección. Después, sin proponermelo, han ido llegado otras gracias a la gentileza de quienes en sus viajes se acuerdan de mí a través de este sencillo utensilio culinario.
Tras estas cucharas sin fronteras no hay más que la reivindicación latente del derecho a comer dignamente que tenemos todos los seres humanos.
¡Y en ello estamos!
Gracias a cuántos me habéis distinguido con vuestra amistad a través de vuestras cucharas: ¡Aquí están!