CRONISTA DE JAÉN Y UNO DE LOS PERSONAJES PARA ENTENDER EL JAÉN DEL SIGLO XXI

Dicen los manuales de periodismo que la objetividad es el primer axioma del ‘mejor oficio del mundo’, como decía el malogrado Gabo. Cuando la noticia es Vicente Oya Rodríguez resulta una misión doblemente complicada –vayan mis disculpas por delante–. Es imposible toparse en la vida con alguien que no empatice con el gran Vicente Oya, cronista oficial de la noble y leal ciudad de Jaén, donde pace, y de la villa de Cambil, donde nace. Vicente Oya es un maestro de periodistas, profesión a la que lleva dedicándose más de cuarenta años, pero sobre todo un maestro de la vida, tal y como refleja todos los días en sus Jaencianas, columnas cargadas de costumbrismo, sabiduría y sentido común que concilian al paisanaje con el Jaén más genuino, ese de las ‘verdades verdaderas’.

Vicente, que sigue ruborizándose cuando lo llaman don Vicente –nunca me permitió hablarle de usted–, es un hombre sin dobleces. Siempre mira a los ojos, una señal inequívoca de seguridad en los planteamientos, pero también de transmisión de buenos sentimientos. Por eso todo el mundo lo quiere. Y por eso todo el mundo lo busca. Pocas personas en el mundo habrán redactado tantos prólogos, pregones y demás que Vicente Oya, un corredor de fondo en el mundo de las letras y también de la investigación histórica más rigurosa.

Porque Vicente es la Historia –con mayúsculas– de Jaén. Porque Vicente es Jaén. La tierra donde vive y la tierra donde sueña. Como lo hace Gacelo, su alter ego y su pajarillo amigo, que desde ahí arriba, desde los cielos jienenses, recorre todos los días –bendita rutina– la ciudad eterna desde el Castillo de Santa Catalina hasta el Bulevar, desde los Puentes hasta Santa Isabel. Observando siempre desde las alturas el Jaén más áspero, el Jaén más amable, el Jaén de las almas cándidas –por algo es presidente de Aprompsi– y el Jaén que lucha por sacudirse la molesta pelusa de los complejos y huir de la condena del letargo –que pareciera infinita–.

Vicente Oya ostenta el título de ‘Jienense del siglo XX’. Y por muchos motivos también lo es ya, sin duda, del siglo XXI.

Fuente: http://www.ideal.es/ – Jorge Pastor