INTERVENCIÓN DEL AUTOR, JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA Y LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE, EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO MORFOLOGÍA URBANA
May 18 2015
Presidencia del acto. / Foto Arume
Presidencia del acto. / Foto Arume

Ilmo. Sr. Alcalde, miembros de la Exma. Corporación Municipal, ilustres cronistas oficiales, autoridades y representaciones, señoras y señores, amigos todos.

Abrumado por las inmerecidas palabras de don Javier Rodríguez-Losada, y agradecido por las expresiones tan cercanas de nuestro Señor Alcalde, me sumo a sus intervenciones para poder manifestar directamente el móvil del trabajo que hoy presentamos.

Tan pronto uno se sumerge en el buceo literario e histórico, con la pretensión de encontrar datos e impresiones sobre la ciudad donde ha visto la luz, puede encontrarse con no pocas sorpresas. No siempre se enaltece lo inmediato, ni siquiera lo cercano del contorno, con la valoración que hacemos de su disfrute, en razón al sentimiento que nos une al terruño y solar de nuestros mayores y antepasados.

Aquellas grandezas de antaño que hemos heredado y se nos han transmitido como propias de la memoria colectiva, es decir de la tradición que hierve la sangre de los bien nacidos, porque aman a su tierra y a sus progenitores allá donde se encuentran, sufren quebrantos si no mantienen frescos sus orígenes e incluso alteraciones emotivas a falta de no poder compartir sus sentimientos, sus costumbres, sus inquietudes, en una palabra su vida. Le faltaría el marco natural de la existencia para la obra de arte que el Todopoderoso plasma en el lienzo de cada día, el color de los campos, el olor de sus bosques, el sabor de la cosecha, el sudor por el pan de cada día, la música de la gaita que deambula por romerías, corredoiras, calles y hasta en el metro de Londres, para que asome la lágrima ante la gorra petitoria.

Y como suele acontecer con el paso de los siglos, la conjunción del esfuerzo y la lucha por mantener la preponderancia obtenida, de no contar con la debida constancia para mantenerlos, genera la pérdida de las ramas más poderosas de tan frondoso árbol y con ellas se genera la demoledora decadencia que finalizará afectando a las raíces hasta desaparecer.

Estoy convencido que el conocido como siglo de las luces y de la Ilustración, se mantuvo con mayor intensidad en el candelero de los más favorecidos y privilegiados, que en las clases populares que consumían las bajezas del Antiguo Régimen con todas sus consecuencias.

En las conocidas visitas efectuadas a nuestra tierra por importantes personajes de la época y en siglos posteriores, nos encontramos con el británico Robert Southey, quizás el más importante poeta del romanticismo inglés, quien el jueves 17 de diciembre de 1795 viajaba en dirección a Madrid , y al igual que en las restantes localidades donde había hecho noche, se lamentaba de las incomodidades del alojamiento de Betanzos por la constante picadura de los mosquitos, causada por la insalubridad de la posta brigantina, y problema del hospedaje que perduraría hasta el siglo XX. En su particular visión de la realidad llegaría a decir que las coruñesas eran feas y que las ciudades olían que apestaban.

Menos mal que en la visita efectuada a Betanzos por el mayor William Dalrymple, el jueves 25 de agosto de 1774, se acreditaba todo lo contrario:

“… era día de mercado, y había concurrido mucha gente del campo. Las mujeres son mucho más bellas que en el resto del Reino; tez fresca, con finos cabellos y ojos negros; no llevan medias ni zapatos. Un excelente mercado de carne, magnífico buey y cordero fresco, que procuramos para nuestro viajes, cruzando por un puente que salva el brazo de mar que llega hasta la ciudad, por el nuevo Camino Real construido, vio una gran cantidad de máiz, y muchos viñedos, observaron los bueyes uncidos por el cuello, pasaron por varias aldeas, y llegaron aquí…”.

El 23 de noviembre de 1808, a las cuatro de la tarde entraba en Betanzos el oficial británico Alexander Gordon, y escribía en su diario que:

“…El campo entre la Coruña y Betanzos es muy hermoso: es montañoso, pero los valles bien cultivados, las colinas verdes, y en ocasiones cubiertas de bosques. Betanzos está perfectamente situado al pie, circundada de colinas que le proporcionan multitud de fuertes posiciones. Un brazo de mar discurre hasta la ciudad, que se encuentra en las orillas del Río Mandeo. Pero a pesar de las ventajas de su situación, el lugar tiene muy poco comercio, y, por el aspecto ruinoso de muchas de las calles y casas, parece estar cayendo rápidamente en un estado de completa decadencia. La ciudad es pequeña, y no contiene edificios dignos de mención, a excepción de un gran convento que no tuve tiempo de visitar…”.

A principios del siguiente año entrarían las tropas francesas, de cuya ocupación nos hemos ocupado en la obra monográfica que hemos dedicado a la epopeya de nuestro pueblo y su heroicidad, publicada y presentada en esta misma sala hace un par de años. Como consecuencia la ciudad quedó devastada, el pueblo arruinado y sin visos de mejora hasta pasado más de un siglo. En el entretanto perdería la capitalidad y el Regimiento Provincial, y con la retirada de los organismos, entidades e instituciones se vería abandonada de los estamentos más favorecidos, con resultados nefastos para la economía, prometiéndose un futuro incierto de abandono y decadencia.

En pleno Trienio Liberal, el viernes 7 de julio de 1820, pasaría por esta ciudad el prestigioso geógrafo don Domingo Fontán camino del complejo de Sargadelos, acompañado de don Domingo Lareo Quintela y de don Mateo Vázquez, y dejaría escrito en su diario que:

“…Antes de llegar a Betanzos, se dobla una loma desde la cual se hace interesante el aspecto de esta ciudad verdaderamente pintoresco.
Más este pueblo poseedor de esta belleza, luego que entramos en él, está sito sobre una prominencia aislada de la gran plaza o campo de Santo Domingo o del mercado, y hoy campo de Agar, todolo demás es malísimo en pavimento, en su planta en calles y en plazas y edificios.

Las posadas, cafés están en esta misma plaza, todas son malísimas y peor la gente. Los mendigos se ven a centenares, todos andrajosos, tenaces y osados en pedir y las mujeres bien feas y demasiado abiertas o francas en sus maneras y modales.

El carácter y fisonomía de toda la población del Valle es muy particular, hombres y mujeres todos membrudos y fuertes pero feos, sin que la belleza alcance siquiera a los tiernos niños y además aparece cierto gesto común y de familia en todo el país…”.

Esta depauperación era general a la mayoría de los poblaciones del golfo Ártabro, y se mantenía transcurridos veinte años cuando Mr. George Borrow “ Don Jorgito”, extendía la venta de Biblias por España entre 1836 y 1840, en cuya obra escribió:

“…Llegamos a Betanzos muy entrada la tarde. La ciudad está en una ría, a cierta distancia del mar y a unas tres leguas de la Coruña. Altas montañas la rodean por tres lados. Durante casi todo el día el tiempo estuvo cubierto y amenazador; al llegar a Betanzos, la densidad y pesadez de la atmósfera eran insoportables. Por todas partes los malos olores asaltaban nuestro órgano olfatorio. Las calles estaban muy sucias, las casas también, y singularmente la posada. Entramos en el establo, estaba sembrado de algas podridas y otros desperdicios, donde se revolcaban los cerdos. Alrededor zumbaban las moscas muy gordas y asquerosas. “¡Esto es una peste! “- exclamé- Pero no había otra cuadra, y tuvimos que atar los infelices animales a tan sucios pesebres. El único pienso que pudimos darles fué máiz. Al anochecer los llevamos a beber en el riachuelo que pasa por Betanzos. El entero bebió con ansia…

…al otro día salimos para La Coruña, llevando los caballos por la brida. El día era espléndido, y nuestro paseo delicioso. Íbamos bajo los árboles muy altos y sombrosos, que bordean la ruta desde Betanzos hasta ya cerca de La Coruña. Nada tan risueño y alegre como el país circunvecino. Los viñedos abundaban en las inmediaciones de las aldeas por donde atravesábamos, y millones de plantas de máiz erguían sus altas cañas y desplegaban sus anchas hojas verdes en los campos.

…La verdad es que en ninguna parte he encontrado el sentimiento localista, muy extendido por España, tan fuerte como en Santiago. Con tal que su ciudad prospere, a los santiagueses les importa poco que las demás ciudades gallegas perezcan. Su antipatía a la ciudad de la Coruña no tenía límites, sentimiento agravado en no corta medida por la traslación de la capitalidad provincial desde Santiago a La Coruña, no me toca a mi, que soy extranjero, decir si el cambio era o no recomendable; pero mi opinión íntima es por completo adversa a él. Santiago es una de las ciudades más céntricas de Galicia, con importantes núcleos de población por todos lados, mientras que La Coruña esta en un extremo, a gran distancia del resto de la región… La verdad es que Santiago viene a ser el inmenso lazareto de Galicia…”.

Las ciudades que por la misma razón habrían de privar la respiración a su compañera de fatigas en la Historia, hasta convertirse en la Sinagoga y en la Inquisición, lo que es lo mismo que La Coruña y Santiago respectivamente, al entender de don Francisco Javier Martínez Santiso, sus hermanas capitales de provincia y las tres cabezas del Reino de Galicia, en razón y al abrigo de celebrarse en ellas las Juntas del Reino en diferentes etapas. Cada cual levantaría cabeza a costa de quien fuera preciso con los consabidos resultados, en el contexto de una nación agotada desde el punto de vista social, económico y cultural, abocada a una prolongada decadencia, mucho más sentida en Betanzos al verse privada de todos cuantos organismos oficiales albergaba.

Los textos antecedentes ponen de manifiesto el estado de situación de la ciudad de Betanzos y de buena parte de su comarca hasta bien entrado del siglo XIX, a pesar del poder de fascinación que ejercía. No es de extrañar que por este tiempo se gestara el demoledor aforismo local que afirmaba que “…para reformar esta ciudad era menester edificarla de nuevo…”, de un modo metafísico lo utilizaba el contratista Francisco Vázquez en 1899, como respuesta a las pegas y críticas que se le formulaban por el embaldosado granítico de la Calle de los Plateros.

La ciudad de Betanzos tendría que vérselas y deseárselas para conseguir un mínimo de urbanismo con el que satisfacer las exigencias de sus vecinos. Tendría nuestra ciudadanía un magnífico alcalde en la persona del abogado don Celestino Martínez del Río, Rector que fue de la Universidad de Santiago, quien gobernó la ciudad en cinco ocasiones (1841-1843-1854-1861 y 1864), con gran entereza y acierto, y cuyas mejoras en la población le sitúan como el mejor alcalde del siglo XIX, y poco más.

Esta triste realidad, sería el móvil que nos llevaría a profundizar en la linea evolutiva morfológica de nuestra ciudad, e incluso a adentrarnos en la expansión urbana en el Antiguo Régimen, con la publicación de trabajos en los que figuran la apertura de nuevos Caminos Reales y su influencia en el futuro desarrollo de la urbe. Una temática que, para la parte más inmediata del recinto, en extramuros, es el fundamento y la esencia de la obra que hoy presentamos, que viene a clausurar las incertidumbres existentes sobre el dificultoso desarrollo de esta antigua capital. Libro que ha sido magistralmente editado por la reconocida Imprenta Lugami, a cuyos propietarios y personal les agradezco el interés mostrado en todo momento para la obtención del plausible resultado, merced a la generosidad del Excmo. Ayuntamiento, y al copatrocinio de Gadis y Abanca tan comprometidos con nuestra ciudad, en la que desarrollan su actividad mercantil con el acierto y éxito que merecen, al igual que a todas cuantas personas me han prestado colaboración para hacerlo realidad.

Por otra parte, nuestros antepasados tristemente pudieron contemplar como las autoridades participaron activamente en el declive del patrimonio cultural durante el siglo XIX, con la desaparición de numerosos monumentos, como la Puerta de la Villa (1872), el monasterio de San Francisco (1872), más de una docena de palacios urbanos, modificación de los puentes, con la desaparición de sendas Caramona (1820), la fachada del Hospital de San Antonio (1895), y el derribo de los soportales en sus principales calles, entre otros.

Una cuestión que alarmaría a nuestros vecinos, al comprobar el lamentable estado de nuestras principales iglesias a finales de dicho siglo. En el periódico local EL MENDO, del jueves 29 de mayo de 1890, del que era director y propietario don Adolfo Vázquez Gómez, quien sería nombrado por el ayuntamiento cronista oficial de Betanzos el siguiente 19 de noviembre, se destaca el contenido de un artículo publicado por El Alcance de la Coruña, en el que se manifestaba:

“…pues por lo que puede observarse hay asi una especie de tendencia á que desaparezca todo lo bello que encierra la antigua corte de los suevos, cual si estuviera escrita su ruina y destrucción pues unas veces, por incuria y otras intencionadamente, lo cierto es que aquel histórico pueblo vese cada vez más en decadencia.

Lo sentimos á fuer de buenos gallegos y principalmente de hijos de aquella querida tierra…”.

Sería muy conveniente que todo el mundo accediera a la hemeroteca local, para efectuar un recorrido sobre las noticias que motivaban a nuestros abuelos y sentir de cerca las virtudes de la libertad que enarbolaban, de donde parte su grandeza.

morfologia-urbana-218x300

El comportamiento del siglo XX habría de continuar en la misma dirección; desaparecieron gran cantidad de monumentos y obras de arte, como las capillas de la Veracruz y de la Venerable Orden Tercera de la Penitencia (1916), adosadas a la iglesia de San Francisco. Como muestra del fanatismo iconoclasta anticlerical y anticatólico se destruyeron los cruceros de la ciudad y alrededores (1932); se produjo la quema de San Francisco (1936), con la pérdida de retablos con imágenes medievales y del Renacimiento, como el del maestro Ferreiro y el Santo Cristo, y de otros reconocidos e ilustres escultores; se produjo la venta y el derribo de la capilla de San Roque (1974-1983), patrono insigne de Betanzos, y se destruye la mayor parte del monasterio de Donas (1993).

Igualmente en el pasado siglo se adquiere el Pasatiempo y se derriba la casa-taquilla, la casa de los Espejos, los canales de conexión de las fuentes, la antigua zona de jardines y los pabellones que restaban, amén de arrasar el estanque de los Papas (1986), entre otros, (en el que es preciso desescombrar los estanques soterrados para su exposición al público como ruinas, de no poder en principio acometer su recuperación). Entre los pazos y casas señoriales, se derrocaron el palacio del Marqués de Mos o Cuartel de Milicias de Betanzos, en la Calle del Alfolí (1967); la Casa porticada de los Camba, en la Eira Vella (1981-1983); la Casa de Quiroga, en el Cantón Grande(1924); la de los Valderrama, en el Cantón Pequeño( 1965); la Casa del Valdoncel, de Martinez Barba y Figueroa, actual nº 19 de la Calle del Valdoncel (1980); la de los Pardo de Andrade, en la Calle Roldán (1960): la de Varela, el nº 5 de la Calle del Castro o de La Plaza (1920); la de los Montenegro, en la Plaza del Campo y Fuente de Unta, también conocida como Casa de los Mella y de Cortiñas (1960); la de La Pega en la Puerta de la Villa (1955), y no hablemos de la Casa de los Vilouzás conocida popularmente como Casa Gótica (2008) y otras igualmente blasonadas, edificios modernistas, el Puente Nuevo (1970), el Puente de Nuevo de las Cascas (1985), el Instituto Laboral (1986), las fábricas de curtidos y un largo etc., que patentizan la triste realidad que nos abruma.

Y cuidado con lo oculto, lo que no se ve desde los espacios públicos, sean murallas, torreones, defensas, fosos, pórticos, vanos etc., como no se aprecian tampoco se les valora como merecen y se pierden para siempre.

Nos parece apropiado traer a colación las recomendaciones formuladas por la doctora doña Beatriz Arizaga Bolumburu, a la hora de tratar la imagen de la Ciudad Medieval y los beneficios de su recuperación. Parte esta ilustre catedrática e investigadora del principio de que:

“ …La ciudad histórica es propiedad de la sociedad que la ha generado y de la que la ha ocupado, por tanto debe existir una obligación solidaria de recuperación… Hay que lograr que las ciudades históricas sean un instrumento socialmente útil y rentable, haciendo posible una mejor calidad de vida y un renacimiento de la vida ciudadana.

… la villa medieval en su conjunto es un documento histórico que debe beneficiarse de una protección especial. Nuestro objeto de interés no son únicamente las grandes edificaciones o las magníficas fortificaciones o las edificaciones de carácter religioso, sino todo el conjunto urbano, donde vive la inmensa mayoría de la sociedad, sus formas constructivas, los materiales empleados, así como todo elemento que facilite la vida urbana como pueden ser: las canalizaciones de agua, los mercados, hornos, ferrerías y un largo etc…

Lo que proponemos es obtener una información precisa sobre la ciudad, que pueda llegar a los urbanistas, restauradores y arquitectos y que convenza a las autoridades nacionales, regionales y locales del valor de la propia ciudad que están gestionando y del peligro que supone para una comunidad ignorar y destruir la experiencia colectiva del pasado. La única manera de detener la destrucción de los núcleos históricos es ofertando estudios documentados sobre el paisaje urbano, que permitan conocer la realidad histórica y su relativo valor, y que estos estudios se conviertan en instrumentos de actuación en sus manos”.

Esto mismo pensaba don Manuel Chamoso Lamas, el artífice de la declaración de Conjunto Histórico-Artístico de nuestra ciudad, por Decreto del 31 de diciembre de 1970, de cuya gestión conservo como oro en paño la correspondencia que hemos mantenido sobre el particular, y tantas veces manifestada en nuestras reuniones en Santiago, y quien promovió las grandes restauraciones que se llevaron a feliz término en los monumentos y edificios particulares de distintos barrios de Betanzos. Tras su muerte, y con gran pesar, se olvidarían de nuestra existencia los organismos responsables de Cultura y Patrimonio. La Xunta de Galicia es la responsable de que estas poblaciones declaradas Conjunto Histórico-Artístico, no respeten la normativa que regula la construcción y restauración en los recintos y sus zonas de respeto, siendo imprescindible que un organismo vele por su adecuado tratamiento.

Firma de ejemplares. / Foto Arume
Firma de ejemplares. / Foto Arume

Aprovecho la ocasión para rendir homenaje a las agrupaciones de danzas gremiales, del Brinco Garelo, los guías de turismo y a los demás grupos surgidos tras una charla ofrecida el 2 de abril de 1965 en el Hogar Juvenil de Betanzos, a instancia del doctor don Francisco Iglesias González “Pacucho”, sobre la Historia de Betanzos y la necesidad de la formación de una asociación cultural brigantina juvenil. Se han cumplido cincuenta años este mismo mes, y como recuerdo y conmemoración personal se reproducen en este libro (Página 364) tres fotografías tomadas durante su participación en las Dianas y Alboradas de las fiestas patronales; para todas y todos ellos mi agradecimiento por haber compartido aquellos inolvidables años, plenos de éxitos, vitalidad y alegría, perennes en mi pensamiento y presentes en mis crónicas. Gracias a todos por haberme hecho tan feliz.

Jamás olvidaremos el día en que merecieron el primer y cuarto premio Nacional de Danzas juvenil, obtenido en Ávila entre el 12 al 14 de octubre de 1970; la representación de España en el International Arts Festival for Young People en el Queen Elisabeth Hall (14 julio 1977), donde serían recibidos por el Duque de Edimburgo, y en Theadneedle House de Chelmsford (Essex); su actuación en el Día de América en Asturias, el 23 de septiembre de 1967; el primer premio del Festival Internacional de Melgaço en 1973; su gira por Portugal en septiembre de 1970 y la distinción del ayuntamiento de Oporto; sus actuaciones en los reconocidos Festivales de España; en la I Expo Juventud 1972, celebrada en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo de Madrid, actuación ofrecida a don Juan Carlos de Borbón, Príncipe de Asturias el 28 de junio de 1973 , fecha de su inauguración, en la que personalmente agradeció al que les habla su dedicatoria y de la que ha quedado constancia en el reportaje realizado en su día por NODO que acabo de localizar; sus actuaciones en T.V.E., y un largo etc.

Después de este enciso y para terminar únicamente me resta rogar a todos Uds., que sean paladines de nuestro recinto monumental, para lograr con su recuperación que nuestra juventud no tenga que emigrar a otras tierras y puedan sentirse orgullosos del legado de sus antepasados, de manera que lo puedan aprovechar para que sea generador de riqueza a través de las visitas especializadas y de la avalancha turística que todos deseamos. Del trabajo en el campo, en los polígonos industriales, oficinas, despachos y mostradores al sosiego en su domicilio en el recinto monumental, como parte de un museo pleno de vitalidad que abre sus puertas cotidianamente.

Muchas gracias a las autoridades, a todos Uds., y a mi familia, aquí presentes, por acompañarme en este acto tan especial y entrañable, en la seguridad de que continuaré a su servicio mientras lo estimen oportuno y el Supremo Hacedor lo permita y bendiga.

Muchas gracias.

Betanzos, 24 de abril de 2015.

Fuente: http://www.cronistadebetanzos.com/

Add your Comment

Calendario

enero 2025
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Archivos

UN PORTAL QUE CONTINÚA ABIERTO A TODO EL MUNDO