POR RICARDO GUERRA SANCHO CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ARÉVALO (ÁVILA)
Este final de semana ha resultado ser frenético. Verán, esta pequeña ciudad en la que no siempre tenemos actividades que apetezcan, a veces se programan actos o actividades culturales que resulta difícil, por no decir imposible poder asistir, por eso de la ubicuidad, y eso es lo que ha ocurrido estos días pasados.
Aunque a decir verdad, hay muchas y muy variadas actividades de todo tipo, casi de continuo, para poder satisfacer a amplias capas de la población .El tema de la programación organizada de forma individual y que se asolapa en día y hora, es tema viejo y no parece de fácil solución.
Este pasado fin de semana hemos asistido a un gran número de actividades, de diferente naturaleza, la mayoría dirigida a públicos distintos por lo que no se estorban, deportes, circo o futbol televisado. Pero otras que, en teoría, se dirigen a un mismo público, pues no se pueden compaginar por la coincidencia de su celebración.
El viernes, para este que suscribe, tenía dos opciones muy apetecibles, por la temática. Por un lado la conferencia del arquitecto José Manuel Sanz, con la Plaza de la villa y la casa de Hernández Luquero como tema urbanístico-cultural-patrimonial de primer orden con el que, además, tengo un lazo de conexión toda vez que realicé un informe histórico de este entorno urbano emblemático de nuestra ciudad, para aquellos técnicos que iban a actuar en la Casa del Concejo que después se convirtió en Museo de Historia de Arévalo, y la casa del escritor Nicasio Hernández Luquero que después del pavoroso incendio se reconstruiría como espacio cultural.
No cabe duda el interés del tema y la polémica notoria y permanente sobre las actuaciones en el entorno histórico que, tanto el que suscribe, como la Asociación de Cultura y Patrimonio “La Alhóndiga” −que era la organizadora del acto−, hemos manifestado reiteradamente.
En ese mismo momento daban comienzo las XVIII Jornadas Taurinas en una edición especial, a las que también me apetecía asistir, como miembro de la Peña Taurina Arevalense y como aficionado a la tauromaquia, y con unas figuras que mantuvieron una gran noche de tertulia y coloquio taurino.
Todo a la vez. En ambos eventos estuve a tiempo parcial, por mi compromiso de colaboración que tengo desde hace tiempo con esta casa de ‘El Diario de Ávila’, compromiso que solo me afecta cuando coinciden los actos que deben ser reflejados en estas páginas.
Francamente me hubiera gustado estar desde el principio hasta el final en ambos actos. Eso sí, San Martín abarrotado y la conferencia en familia… esto es lo que tiene el solaparse los actos.
El sábado ocurrió lo mismo. Segundo coloquio taurino, otras grandes figuras del mundo taurino, El Espacio Cultural de San Martín abarrotado y además el aliciente de la entrega de trofeos de la feria taurina del pasado San Victorino, con el ganador a la mejor faena, “Finito de Córdoba” recibido apoteósicamente el “Tostón de oro”, además de otras grandes figuras que aquí se dieron cita, para delicia de los aficionados y del público en general.
Y fue necesario de nuevo un paréntesis en lo taurino para asistir a la apertura del Certamen de Teatro, con una primera obra de promesas, “Juana «la loca» la Reina que no quiso reinar”, con un guión y puesta en escena extraordinarios, la magnífica interpretación protagonista, y con una buena media entrada larga en el Teatro Castilla.
En definitiva, cuando los actos culturales se solapan, algo está fallando en la programación. Aunque no faltará alguien que no considere igualmente cultura estas diversas manifestaciones. Eso es su problema. Yo he considerado todas ellas culturales y de primer orden. Lo que siento es haber estado con la voluntad partida…