POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Hay constancia, contrastada en la prensa murciana, que nuestra pequeña localidad de Ulea, contó con un cinematógrafo, en el año 1905, pero la noticia no especificaba si se proyectaba en lugares habilitados adecuadamente, o en barracones.
El periodista, que hacía de corresponsal desde el año 1920 al 1927, Joaquín Moreno Sánchez, afirma que durante estos años, la proyección cinematográfica, sufrió, una grave crisis, en la que se temió su desaparición. No obstante, en el año 1928, volvió a recobrar su auge gracias al empuje cultural de los uleanos, capitaneados por el Alcalde Gumersindo Cascales Carrillo, el párroco Juan de Dios Zagalé Fernández, y el Ilustre doctor en Medicina, Joaquín Moreno Sánchez.
En la década de 1930 a 1940, ejerció en Ulea un infatigable maestro nacional, llamado Víctor Martínez del Castillo, avezado en todos los pormenores de la cinematografía, no en vano había obtenido el título de 0perador de cine y, en el almacén de frutas de Jesualdo Cascales, instaló su máquina y efectuaba sesiones gratuitas de cine, con películas de cine mudo y sonoro, que estaba en sus auspicios.
Allí, aglutinaba a toda la juventud y a gran cantidad de público adulto que, generalmente, acompañaban a sus hijos y nietos. Incluso, acudían los maestros de Villanueva con sus alumnos, ya que, afortunadamente, desde el año 1925 había un puente de paso, sobre el río Segura, entre Ulea y Villanueva, sin necesidad de tener que utilizar la barca que, por suerte, había pasado a la historia.
El cine amateur siguió proyectándose en nuestra localidad hasta bien adentrada la década de 1940, mientras siguió Don Víctor de maestro. Sin embargo, el cine no irrumpía con garra, hasta que un empresario de Murcia, Antonio Gómez Abellán, solicita al Ayuntamiento, la apertura de una sala de cine, ubicada en la calle nueva.
El Alcalde, Luis García Fernández, expone, a la Corporación Municipal la entrada de dicha solicitud y se acuerda aceptarla, poniendo varias condiciones: el pago de impuestos que ascendería a 100 pesetas mensuales, con proyección de dos veces por semana; con la condición de que si alguna semana, por las circunstancias que fuere no había sesión de cine, se descontaba en su parte proporcional. La segunda condición de ineludible cumplimiento, era el estricto control de la censura, que correría a cargo del párroco, José Muñoz Martínez y quienes le siguieran en el cargo.
La programación era tan atrayente que el público llenaba la sala, en la mayor parte de las sesiones, acudiendo gran cantidad de forasteros. El cine Olimpia, de Ulea, fue famoso en toda la comarca y la familia Tomás y Valiente, le compraron los derechos de explotación cinematográfica, a la empresa Gómez Abellán, de Murcia, proponiéndose proyectar películas de gran nivel.
A partir de esa fecha, principios de septiembre de 1949, tomó el relevo la empresa Valiente que apostó con gran ilusión y, de forma decidida, por la consolidación del “Cine en Ulea”.
Tras la inauguración del Cine Olimpia, la empresa se puso el listón muy alto y ha conseguido ser el cine de referencia en toda la comarca.
Las películas contratadas por la empresa Valiente son del agrado del público y, alguna de ellas, de reciente estreno en la capital de España. Durante el pasado mes de agosto hemos visto “Gunga-Din”, “La escalera de caracol”,” La sentencia”, “Defiendo mi vida”, “La senda tenebrosa” y, últimamente, la mejor producción de la Warner Bross “Robín de los bosques”; que con tanta impaciencia aguardaba el público. Su proyección ha constituido un éxito deslumbrante.
Para el próximo mes están programadas: “La otra sombra”, “La salvaje blanca”, “La carga de la brigada ligera” y “El tesoro de Sierra Madre”.
Nuestro querido y admirado Vicente ‘el de Caravana’, porta con orgullo las pizarras y carteleras, anunciando la programación. Con su habla tan original, pregona, con todas las fuerzas de su garganta, las excelencias de las películas que se han proyectado; y proyectarán, en el Cine Olimpia, de Ulea.
La Verdad de Murcia del día 11 de septiembre de 1949, realza en sus páginas, la apuesta por el cine “de gran nivel”, de la empresa Valiente.