POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

José Ferrero Gutiérrez nos ofrece en ese libro -cuyo título es «El Perdigón»- un magnífico trabajo, que nos simplifica magistralmente en el subtítulo, el pueblo, el chantre y el vizconde, trilogía temática que nos indica con toda claridad el orden que vamos a encontrar en esas doscientas cuarenta páginas que nos arrastrarán a través de esa Tierra del Vino cargada de posibilidades, de fuerza, de ingenio y con una situación y una tierra que colabora por su propia naturaleza y en la que el hombre va a depositar su trabajo y su confianza, lo que permitirá que la historia se desarrolle en las mismas proporciones y a la vez con el mismo espíritu y eficacia.

Las páginas dedicadas al pueblo constituyen un auténtico testimonio documental y nada digamos cuando con la figura del chantre nuestro autor entra de lleno en la historia y nada deja escapar a su sensibilidad investigadora repasando dos momentos claves, desde la población de esos dos siglos determinantes, el XVI y siguiente, sin dejar un salto fuera del momento que nos describe y por supuesto dejando muy clara la enorme importancia de los hechos que se consideran clave en el desarrollo de la historia del momento, dejando como consecuencia lógica ese cúmulo de acontecimientos cuya trascendencia afecta a veces hasta siglos más tarde. Si del chantre saltamos al vizconde, cuyo testimonio vivo está en el palacio, nos bastaría este segundo detalle para comprender que José Ferrero no ha dejado escapar el más pequeño detalle de la historia que se ha vivido en este lugar, como así mismo el juego que el lugar ha desempeñado en sus propios contornos como lo vemos en la propia ciudad, esto explica muchos de los acontecimientos y restos que se conocen y se conservan como auténticas joyas históricas de primer nivel. Los vizcondes de Garci Grande constituyen en gran manera piezas de la nobleza de primera magnitud dada su procedencia activa en la ciudad junto a su cercanía y señorío en tierras además de cercanas ricas y con una gran influencia como nos muestra en esos ricos datos que nos ofrece en sus dos referencias a Tierra del Vino de los finales del siglo XIX. No podemos pasar por alto la rica bibliografía, magnífico testimonio de la categoría excepcional del trabajo realizado. Junto a este magnífico trabajo de investigación, pienso además de la felicitación sincera al autor que las autoridades bien deberían tener en cuenta que esa masa de magníficas bodegas -símbolo de la categoría alcanzada por El Perdigón en ese campo- deben ser atendidas y cuidadas adecuadamente como testimonio de una rica época en el cultivo y desarrollo de la vid.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/