POR JOSE MARIA GOLDEROS VICARIO, CRONISTA OFICIAL DE GRIÑÓN (MADRID)
He tenido ocasión de dar a conocer otro tesoro que encierra la villa de Griñón. En efecto, notable y grandioso es el retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de la villa de Griñón, casi una copia exacta del de San Esteban Protomártir de Fuenlabrada, pero este de Griñón tiene la particularidad de aparecer inacabado ante los ojos de quien lo contempla, pues le falta el estofado y el dorado.
Su construcción debió de llevarse a caballo entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. Una descripción de un inventario artístico de hace casi cuarenta años, nos dice: “Retablo-hornacina de madera en su color. Se apoya sobre zócalo, tiene banco, un cuerpo con tres calles y ático en forma de cascarón que se adapta a la bóveda. Las calles se separan con cuatro columnas, las dos exteriores son salomónicas de orden corintio con fuste, decorado con motivos vegetales, y las dos interiores, también del orden corintio, con fuste acanalado con guirnaldas de flores en la parte superior, siendo la zona inferior lisa con decoración vegetal.
En las esculturas que aparecen sobre los trozos de entablamentos están representados por ángeles. Los datos históricos de que disponemos, nos indican que se trata de un retablo barroco del s. XVIII de la escuela castellana. No obstante, y por desgracia, ha perdido toda la decoración original, conservándose sólo los ángeles decorativos, ya que otras numerosas imágenes y la pintura del cuadro central—hoy sustituida por otra moderna—del conjunto primitivo han desaparecido.
Llama poderosamente la atención lo señalado anteriormente, y es la estructura de un retablo de esas dimensiones y características en su imagen primaria neta y desnuda sin los efectos envolventes del oro y la policromía. El artífice del retablo, por causas que desconocemos, pero que muy bien pudieran ser de carácter económico montó su obra posiblemente a la espera de un nuevo presupuesto. Por tales circunstancias este retablo nos brinda un andamiaje constructivo infrecuente, Con su nítido montaje se nos ofrece la esencia y belleza de la madera al natural a la par que la complejidad de su impecable ensambladura.
Actualmente, pese a los esfuerzos realizados por este cronista, no ha sido posible documentar al autor de tan grandioso retablo. No obstante, se concibe dentro de la proyectiva de Don José Benito de Churriguera, Lobera o Ratés, incluso retiene algunos toques ornamentales de la impronta de Pedro de la Torre.
En la Comunidad madrileña existen los dos retablos aludidos de las mismas o similares características que el de la iglesia del Salvador de Leganés, los tres construidos con toda probabilidad, entre 1695-1710.
La fábrica de la iglesia de Griñón, fue levantada de estilo puro mudéjar, pero las sucesivas reparaciones del templo desvirtuaron casi completamente su antigua estructura. Al menos el retablo de Griñón, estudiado por mí, garantizo que es digno de ser visitado.