
POR ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
Hemos de reconocer que la comodidad es algo inherente a los seres humanos. Ni que decir tiene que recostados en un sofá o sentados en un buen sillón, bien abrigados y calzados con unas zapatillas, estamos como pez en el agua. Ha pasado aquel tiempo que después de cenar a una hora relativamente temprana, nuestros padres acudían a la tertulia con otros matrimonios al Casino, al Palas o al Llanes. Estos dos últimos en el recuerdo de los oriolanos que peinamos, el que pueda, algunas canas. Entonces, por suerte no había televisión. Digo por suerte, pues a pesar de que la información la ha hecho más visual, la radio también hacía su papel manteniendo a la familia en silencio oyendo aquellos míticos programas como `El criminal nunca gana´, `Cabalgata fin de semana´ o `Ustedes son formidables´, del que supimos después que su sintonía era la `Sinfonía del Nuevo Mundo´ de Dvorak.
Creo que no me equivoco al decir que la radio unía más que la televisión. De igual manera que no yerro si matizo que `la caja tonta´ fue un obstáculo a las salidas nocturnas para dar una vuelta a los puentes o acudir a los cafés con los amigos, e incluso para crear pereza en acudir al teatro entre semana y, por supuesto, a las salas de exhibición cinematográficas. Indudablemente que la televisión, seguida por los vídeos club fue uno de los motivos del cierre de más de una sala de cine en Orihuela. De igual forma que ahora ha influido el incremento de ese maléfico impuesto llamado IVA, que ha sido como un asesino para la cultura y, por supuesto, para la industria y las empresas de exhibición cinematográfica. Sin dejar en el olvido, los nuevos adelantos informáticos con las descargas piratas de películas, y otros temas como el encarecimiento del alquiler de los locales. Todo ello, junto con la comodidad de estar en zapatillas en tu casa viendo la televisión ha generado una situación de poca rentabilidad a los empresarios que se han visto obligados a bajar la persiana. Pero, tengamos la esperanza que, de nuevo, en Orihuela pronto se vuelva a poder visionar estrenos de cine, ya que a lo largo de su historia del celuloide ha sabido resurgir en más de una ocasión de esta situación.
Sin ir más lejos, allá por la mitad de los años setenta del pasado siglo el público podía disfrutar en cinco salas: Teatro Circo, Salón Novedades, Riacho, Avenida y Casablanca, los cuales estuvieron funcionando a la vez hasta 1978, en que cerró el primero en dicho año, siguiéndole después el tercero y el quinto, en 1984, y por último los dos restantes en 1987. Dos años después, el Cine Avenida volvió a abrir sus puertas, y el Salón Novedades en 1993, de la mano de Pedro Albarracín Pina, cerrando posteriormente, hasta que llegaron las salas de Centro Comercial Ociopía. La empresa propietaria de aquellos locales que echaron el cerrojo entre 1978 y 1987, Avant Intercin SA no tuvo más remedio de actuar así debido a la poca rentabilidad. Pues, según manifestaciones de su gerente Antonio Martínez Moscardó, entre 1984 y 1986, acumularon doce millones de pesetas de pérdidas, debido a que el aforo de los locales se cubría de espectadores entre una cuarta parte y la mitad.
Esta situación estaba distante de aquella época gloriosa en que en plena canícula de un año de los cincuenta, con la población diezmada por el veraneo en Torrevieja y Torre de la Horadada, se contabilizaron 4.000 espectadores en la proyección de `Siete novias para siete hermanos´, simultaneando en la primera sesión el Salón Novedades y en la segunda su Terraza de Verano. O aquellos momentos de esplendor en que en Orihuela, además de las salas ya citadas se disponía de la Terraza de Verano del Cine Casablanca, que con anterioridad había sido el Cine Cargen, pudiéndole añadir otras de tipo privado dedicadas a los niños como el Oratorio Festivo, el Colegio Santo Domingo o el Círculo Católico.
Todo ello nos acerca a la historia del cine en Orihuela, en la que las primeras proyecciones se efectuaban en barracones de feria instalados generalmente en la Plaza Nueva, tal como hicieron los Hermanos Carreño, en octubre de 1902. Por el contrario, de la primera exhibición que tenemos noticia en un local estable es la que nos aparece en `El Oriol´ de 15 de mayo de 1900, en la que se hace referencia a las proyecciones efectuadas en el Teatro de la Corredera a cargo de Enrique Sanz. Este local simultaneó las exhibiciones cinematográficas con el Teatro Circo a raíz de su inauguración, el Sábado de Gloria de 1908, y solían ir acompañadas por actuaciones de varietés. Era el momento de cine mudo, siendo acompañada la proyección por una orquesta y por las matizaciones del `explicaor´, siendo el más famoso de ellos Domingo Moreno `El Talento´.
En la mitad de los años diez aparecería el Salón Novedades, cuya programación nacía a caballo entre la zarzuela, las varietés y el cinematógrafo. Posteriormente, en 1928, en la época estival encontramos sesiones de cine en el Cinema Palace, auspiciado por el Palace-Hotel y, en 1932 en el Campo de Deportes de los Andenes; era el inicio del cine sonoro. Por otro lado, en nuestra infancia recordamos haber asistido a ver películas en la Plaza de Toros, en aquellos momentos en que se disfrutaba de la película comiendo pipas o `tramusos y avellanas´, en un momento de auge, en el que en Orihuela existía, concretamente en 1949, una capacidad por sesión de 3.800 localidades en invierno y 2.400 en verano.
Dejemos los recuerdos y las zapatillas, no descarguemos ilegalmente películas por internet, apaguemos la televisión y cuando vuelvan a abrir sus puertas los cines, acudamos a disfrutar del mundo del celuloide, que es una forma también a de ayudar a mantener puestos de trabajo
Fuente: http://www.laverdad.es/