
TAL Y COMO RELATA EL CRONISTA OFICIAL DE LA REGIÓN DE MURCIA, JOSÉ ANTONIO MELGARES, LA IGLESIA RECONOCE LAS PEREGRINACIONES DE LOS FIELES EN CUMPLIMIENTO DE PROMESAS DESDE LA EDAD MEDIA

En la comarca del Noroeste, en un enclave fronterizo entre Murcia y Granada, se encuentra el municipio de Caravaca de la Cruz, cuyo principal monumento es su Santuario, construido a principios del siglo XVII sobre un antiguo alcázar musulmán. El núcleo más importante de la ciudad por su significado histórico, cultural y religioso reconocido por la Santa Sede, a finales del siglo XVIII, a través del culto de adoración a la Santísima y Vera Cruz, un privilegio que no poseen otras reliquias. También por las concesiones del templo como basílica menor y del Año Santo, con un período de jubileo que se celebra cada siete años desde 2003. De esta manera, tal y como relata el cronista oficial de la Región de Murcia, José Antonio Melgares, la Iglesia reconoce las peregrinaciones de los fieles en cumplimiento de promesas desde la Edad Media. Precisamente, añade, el próximo 5 de marzo el obispo de la diócesis de Cartagena, José Antonio Planes, encabezará el viaje que la Cofradía de la Vera Cruz realizará a Roma para entregar el óbolo del Año Santo 2010. Un acto en el que se donará al Papa Francisco la recaudación de las colectas para fines sociales.
Al volante del nuevo Seat León ST, un vehículo familiar y versátil, por cortesía de Automoción Caravaca, el recorrido continúa por la Cuesta del Castillo donde se celebran las carreras de los Caballos del Vino, «el acto más destacado de las fiestas de la Vera Cruz, la mañana del 2 de mayo. Toda una explosión de fuerza, luz y color donde no hay espectadores y todos los vecinos participan», comenta el cronista. Fue el primer festejo regional, declarado de Interés Turístico Internacional, que ahora persigue la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Otro de los reclamos más frecuentados de la ciudad, al que llaman «el pulmón de Caravaca», es el paraje natural de las Fuentes del Marqués. «Este lugar ha sido siempre fuente de creación y en él se pudo inspirar San Juan de la Cruz para componer algunos de sus poemas», cuenta el también cronista oficial de Caravaca. «Está demostrado documentalmente su visita en al menos siete ocasiones; durante su primera estancia atendió las necesidades espirituales de una monja del convento de las Carmelitas», explica. Ríos de tinta se han escrito sobre este entorno, textos antiguos y modernos. El preferido de Melgares es la leyenda romántica de Adolfo Rodríguez Gámez, un murciano de finales del siglo XIX.
Fuente: http://www.laverdad.es/ – Noelia Arroyo