POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
El periódico La Verdad de Murcia, del día 19 de mayo de 1991, trae en sus páginas un artículo dedicado a un personaje célebre, al que todos los uleanos hemos querido: “La Partera”.
El pasado día de la madre y organizado por la Asociación de Mujeres de Ulea, se rindió un cálido homenaje a Julia López López, “La Partera”, en el transcurso del cual se le hizo entrega de una placa en la que se le reconocía su gran dedicación al trabajo, agradeciéndole “haber traído tantos niños al mundo”.
La historia de Julia, que nació el día 23 de junio de 1903, es la de una luchadora constante por sacar adelante a su familia. Enviudó a los ocho años de casada, quedándose con tres hijos de corta edad, teniendo que trabajar “en lo que salía”: tareas del campo; como arrancar esparto, recoger cebada, aguadora llenando tinajas a razón de 25 céntimos el cántaro y, por último, partera.
El oficio empecé a ejercerlo, contaba, tras estar ingresada en el hospital, por una enfermedad de los ojos. Allí conocí al ginecólogo D. Emilio Meseguer. Entonces tenía 26 años, pero su primer parto lo atendió mucho antes. Fue un 15 de agosto, trabajando en casa de Elisa Carrillo Valiente. Estaba pelando higos chumbos cuando la señora se sintió molesta y comenzó a dar a luz Como estábamos las dos solas, entré en su habitación y al ver que tenía un niño entre las piernas, cogí el cuchillo, con el que estaba pelando los higos chumbos, y con él corté el cordón; como ella me indicó. Me dijo que buscara un hilo fuerte para atar el cordón umbilical y como no encontraba ninguno, cogí una cinta de los calzoncillos y con él lo até. Yo tenía 14 años y estaba muy nerviosa.
Julia ha atendido a miles de mujeres, que le solicitaron para atender los partos, en toda la comarca, pues se había ganado una merecida fama. Los pueblos de Ulea, Ojós, Villanueva, Archena, Blanca, Yéchar y sus respectivos campos, no le daban tregua, ya que el índice de natalidad era elevado y su prestigio; más todavía. Unas veces iba andando, otras en bicicleta, otras en caballería, y, últimamente, en coche. Un día tuve un
Accidente de bicicleta; era una noche fría, de invierno, y perdí el conocimiento. No sé cuanto tiempo estuve inconsciente en la cuneta; Creí que no volvería a mi casa
Recuerda que una vez atendió “trillizos” y mellizos, en muchas ocasiones, pero lo que más le enorgullece es haber traído al mundo muchos maestros, abogados, arquitectos, médicos, pero sobre todo: sacerdotes.
Siempre se ha llevado muy bien con los médicos de la comarca. A veces le regalaban material y ¡hasta un maletín para llevar sus herramientas de trabajo! Cuando observaba que el parto no iba bien recurría a los médicos de la comarca para contarles como se presentaba, por si tenían que actuar ellos. Era una mujer valiente pero no temeraria. Muchas veces les ayudaba, cuando tenían que hacer alguna cesárea, o auxiliar en los partos con fórceps, pero como no sabía leer ni escribir, tenía muchos inconvenientes.
Julia se retiró en el año 1982, aunque aún le llamaban con frecuencia. En la actualidad vive sola, pero rodeada de sus tres hijos, once nietos y 21 biznietos, pero, sobre todo, con el cariño de todo el pueblo de Ulea, que le consideran, un poco, madre de todos.