
POR HERMINIO RAMOS PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
El pasado fin de semana el Ayuntamiento de Trabazos, que desde hace tiempo está sacando las mejores notas en la convocatoria de junio, siguiendo los esquemas de nuestros planes de estudio, celebró el Día de la Comarca en uno de los pueblos de su demarcación, Nuez, una de esas entidades en las que la historia dejó huella y memoria histórica en ese Itinerario XVII que, desde las célebres Médulas hace más de 2000 años, hasta Bracara Augusta, hoy la Braga portuguesa, pasó todo el oro que cubrió la Roma imperial. Yo colocaría en ese lugar un «Detente caminante», lee, piensa y medita dónde estás y después sigue en cualquier dirección porque quedarás cargado para mucho tiempo de significado y valores de estos lugares varias veces milenarios.
La fiesta ha constituido un éxito muy dentro de los esquemas a los que nos tiene acostumbrados nuestro estimado alcalde Faúndez, cuyos programas de celebraciones son siempre lección magistral de orden, variedad y todo perfectamente ambientado en los correspondientes escenarios. En Nuez, cualquier actividad cultural destaca al estar acogida y adaptada perfectamente al ambiente en que se desarrolla. Si el folclore o la música popular alcanzan notas destacadas, nada digamos de lo referente a exposiciones o la presencia de ese mundo artesano que arrastra tras la evocación constante del pasado. Lección complementaria supone atraer y mantener constante y relación de amistad, convivencia y colaboración con los núcleos cercanos del otro lado de La Raya desde hace décadas, dando esa silenciosa y hermosa lección de unidad, que hasta hoy pocas veces las altas instancias han tenido en cuenta. Y para que no haya dudas de lo dicho en estos días tenemos las pruebas: el tristemente Corredor del Atlántico del que se excluye de la manera más triste vergonzosa e indignante a nuestra entidad provincial, me obliga a gritar un ¡viva el centralismo! y que tomen buena cuenta y aprendan de las magníficas lecciones que los pueblos de La Raya están dado o partiendo de ese principio básico y universal que es la escuela, sembrando en esas tierras limpias y cuyas generaciones serán las que digan la última palabra sobre la península ibérica cuando llegue la ocasión.
Trabazos sigue dando lecciones a pesar de esa tristísima desventaja de la 122, y eso sin olvidar la macrorregión, ignorando el sueño iberista, malogrado por ruines ganapanes que nunca dieron más de sí pero que tristemente dejaron herederos.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/