
POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE MADRID

Un día Esperanza Aguirre dijo algo parecido a que al ministro Montoro, le gustaba subir impuestos, lo que los alumnos más progresistas de Freud hubieran diagnosticado como “impuestomitis” compulsiva.
Cualquier contribuyente puede estar de acuerdo con la apreciación de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, de la que es oportuno recordar que fue la primera en bajar, incluso quitar, algún impuesto, aún cuando la crisis estaba en plena efervescencia, y hasta se atrevió a pedir a Montoro que le diera a nuestra región los 1.000 millones de euros que le debía, y le sigue debiendo, el Estado.
Pero el ministro estaba para recaudar mucho y dar poco en nombre de la santa austeridad, que es la patrona de la economía de un país en depresión.
Ahora es la alcaldesa de Madrid Ana Botella la que anuncia un plan de rebajas de impuestos y tasas municipales en tres fases, y eso le ha vuelto a remover la bilis a Montoro, que interpreta que no puede hacer rebajas quien llora por la falta de recursos, aunque no estima el hecho de que no puede pedir sacrificios económicos quien no paga a Madrid lo que le corresponde.
Quizá la alcaldesa no se ha dejado influir por el modelo Aguirre, pero sí por el de Rajoy; no hay que olvidar que el presidente del Gobierno anunció hace pocas semanas un descenso a corto y medio plazo de la presión impositiva, quizá más animado por el espíritu optimista de Luís de Guindos que por la “impuestomotis” de Montoro, a quien hay que recordar, con la misma frecuencia que él nos recuerda que Hacienda somos todos, que debe a la Comunidad 1.000 millones de euros y al Ayuntamiento de Madrid otro pastón, para compensar a las arcas municipales del lucro cesante que sufren por los gastos que le reporta ser la capital de España y las exenciones que concede por esa condición.
Así que al ministro Montoro hay que recomendarle, con buen tono, una dosis diaria de “racionalidad forte” para combatir su “impuestomitis” convulsiva, que amenaza con hacérsele crónica.
Fuente: http://www.gentedigital.es/