POR MAXIMILIANO BARRIO GOZALO, PROFESOR DE HISTORIA MODERNA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID, MIEMBRO DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ROMA Y CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
Aunque don Manuel Moreno, al trazar estos esbozos biográficos de los eclesiásticos de Pozoblanco, no se ha planteado un estudio biográfico de cada uno de los destinos individuales que menciona, entra en contacto con los estudios prosopográficos y nos permite acercarnos a la historia de los individuos para narrar los acontecimiento que atañen a su vida.
Por ello, es de agradecer que nos ofrezca en este libro la información que ha podido reunir en sus largos años de estudio sobre los eclesiásticos de su pueblo, con el fin de ofrecer al gran público unos trazos ricos y sugestivos de la pujanza religiosa de un pueblo y al historiador una documentación de primera mano para abordar un estudio socio-religioso de gran calado. Con la rica documentación que ha consultado en diferentes Archivos y su buen hacer, ha realizado un trabajo de gran interés para el mejor conocimiento del pasado histórico de Pozoblanco, en el que se puede atisbar la fuerte interrelación que existía entre la organización religiosa y social de las comunidades locales, y el ambiente religioso que impregnaba el vivir y sentir de esta sociedad.
La organización del trabajo en cuatro partes da claridad al estudio. En la primera, como una especie de marco introductorio, describe la forma de acceder al estado eclesiástico y a la carrera beneficial, y en las tres restantes nos ofrece unos trazos de gran interés social y religioso de los eclesiástico del pueblo, diferenciando tres clases: los ordenados de menores, los sacerdotes y los religiosos secularizados que en algún momento participan en la vida pastoral. Aunque a finales del siglo XVII el obispo de Córdoba, el cardenal Salazar, se esforzó en que todos los eclesiásticos que tenían algún beneficio en la diócesis accedieran a las órdenes sagradas, no lo consiguió del todo, y don Manuel nos ofrece en la segunda parte del libro una relación de los clérigos tonsurados y ordenados de menores que ha podido localizar. La tercera parte el la más amplia y rica, tanto por e número de sacerdotes que registra como por la abundancia de datos que ofrece de mucho de ellos, que en bastantes casos son auténticos esbozos biográficos de los miembros de este colectivo clerical y aporta datos de gran interés que permiten acercarnos a los acontecimientos que atañen a la vida de la comunidad. En cambio, la última parte es más breve, pues sólo en momentos puntuales los religiosos se insertaron directamente en la organización parroquial del pueblo. De todas formas, a lo largo de las páginas del libro el lector curioso o concienzudo puede encontrar detalles de gran interés que le ayuden a penetrar en el pasado de un pueblo y de una sociedad profundamente sacralizada y presidida por lo sacro.
En definitiva, estamos ante un libro de indudable interés, que va ser punto de referencia obligado, no solo para los interesados por conocer la historia de un pueblo y la importancia que adquiere la presencia eclesiástica, sino también para los interesados por la historia socio-religiosa por la rica información que aporta para adentrarse en la historia de los destinos individuales de tan elevado número de eclesiásticos. El lector lo podrá descubrir a medida que se adentre en su lectura. Constituye, por tanto, una aportación de gran importancia para el mejor conocimiento del pasado histórico de Pozoblanco.