Y SOLEDAD, SIN TI, EL PERDÓN NO ES NADA

POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Y ella llega cada año, anónima y enlutada, cuando San Antolín se quiebra de suspiros y alabanzas, de balcones con banderas que de magenta arrebatan tanto suspiro cofrade, tanto lirio y tanta cala, aromas de aquella huerta que creó Semana Santa; tanta devoción castiza, la carrera engalanada de nazarenas antiguas, manolas entaconadas, donde mi hija María, primogénita adorada, estrena rosario de perla que balancean miradas de jóvenes que en las esquinas a las zagalas aguardan…