
POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Días atrás fue la gran feria de ganado en Corao (Asturias) y fueron muchos los que colgaron en su «muro» de Facebook preciosas fotos de vacas y bueyes engalanados con sus «mullíes»; reses de raza frisona, ratina, casina… y hasta alguna tudanca procedente de la vecina Cantabria.
Una de las fotos «colgada» me sorprendió por lo que encierra de historia: un ganadero-vendedor y un tratante-comprador «cerraban» el trato con un sencillo y comprometedor APRETÓN DE MANOS.
Y es que, históricamente, en estos negocios agroganaderos sobran escrituras, papeles y notarios; un apretón de manos es garantía de «palabra de honor» y de compromiso cerrado.- Pero no hay trato sin la subsiguiente ROBLA; es decir, sin la invitación a tomar «un daqué» en algún chigre cercano. ¡Vaya! a beber unos vinos «forrando» con algún pinchín, alguna tapa o alguna ración de esto o lo otro.
Y ahora recuerda la anécdota de aquel paisano que bajó a mercar un jueves a Colunga, vendió el xatu, invitó a la robla… y cuando fueron a buscarlo al cabo de dos días (¡menuda robla! ) contestó al familiar que lo encontró en el chigre de Libardón: !Coño! ¿Había dime ahora y dexar a esta xente co la palabra na boca?».
El PINCHO y la TAPA nacieron a la historia gastronómica «para forrar» el vinín de la media mañana o de la tarde. Era una «construcción» sencilla con un basamento de pan y «algo» por encima (tortilla de patata, rodajita de chorizo o de salchichón, lonchita de jamón serrano, medio huevo duro aderezado con un espolvoreo de pimentón agridulce…).
En otros casos se trataba de una cazuelita con preparaciones muy caseras: patatas bravas, patatas al all i oli, boquerones fritos o en vinagre , atún o caballa en escabeche ,trocitos de bacalao al ajoarriero, soldaditos de Pavía (que en Laviana dicen «concejales»)… En fin, cosas sencillas, apetecibles y apetitosas.
Hoy las cosas han cambiado y te encuentras con sorpresas tales como: Lomo de canguro con reducción de P.X., lluvia y de trufa negra y sorbete de mandarina; espetu de corderu xaldu con fabes fresques estofaes sobre tosta de pan d´escaénda y almíbar de vinu de la Tierra de Cangues; guiso de curadillo al modo pixueto con brocheta de verduras, langostino en tempura y base de sirope de café; bikini de anguila nikkei con su holandesa cítrica… Un servidor, ignorante en temas de dietética, de colesterol y de grasas mono o poliinsaturadas, suelo solicitar, como aquel cliente de Gijón, ¡¡¡UNA DE CHICLE!!!… y el camarero le servía una fuentina de CALAMARES, rebozados, calentinos y bien fritos.