
POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Fue aquí donde viví uno de los momentos más especiales de mi vida.
De eso hace casi 30 años.Todo comenzó en Villanueva, Zacatecas. En la plaza principal me encontré a una familia italiana que me hicieron preguntas sobre la historia de esta población.
Les di una visita guiada por el centro y luego los invité a comer en el restaurante El Yucateco. Se fueron tan contentos y agradecidos que me invitaron a Italia. Yo encantado, acepté la invitación y allá los alcancé unos meses más tarde. Me llevaron a una antigua y emblemática ciudad: San Gimignano, ubicada en La Toscana. Estuvimos en la famosa Torre del Diablo, una de las 14 torres medievales de la ciudad italiana de San Gimignano, se encuentra en el lado norte de la Piazza della Cisterna y es parte de la Cortesi dei Palazzo.
La torre tiene un nombre misterioso e inquietante que está ligado a una leyenda. Se dice que al regresar de un viaje, el propietario se encontró con una gran sorpresa, que la torre era más alta que cuando la dejó. Este acontecimiento tan misterioso se atribuyó de inmediato a una intervención diabólica, por lo que el nombre de la torre se vinculó con el diablo.
Fui ahí, donde viví uno de los momentos más especulares: era una deliciosa tarde veraniega… y estando entre muy gratas compañías contemplábamos una fabulosa puesta de sol desde la terraza de un castillo medieval, escuchando música medieval y brindando con uno de los más selectos vinos tintos de La Toscana, cortesía de nuestros amables y generosos anfitriones. A pocos kilómetros, al sur de San Gimignano está Siena, otro lugar encantador y que es ciudad hermana de #Zacatecas. Y un poco más al sur encontraremos Terni, la ciudad natal de San Valentín, el santo festejado de hoy.