BARCOS DE MADERA, HOMBRES DE HIERRO (9)
Feb 28 2015

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Esquela de las honras fúnebres celebradas en la Catedral de Orihuela en sufragio de los tripulantes del crucero ‘Reina Regente’ que fallecieron en la noche del 10 de marzo de 1895.
Esquela de las honras fúnebres celebradas en la Catedral de Orihuela en sufragio de los tripulantes del crucero ‘Reina Regente’ que fallecieron en la noche del 10 de marzo de 1895.
Lápida a la memoria de Juan Pérez Mateo, marinero del crucero ‘Reina Regente’ que había en el Cementerio Municipal de Torrevieja.
Lápida a la memoria de Juan Pérez Mateo, marinero del crucero ‘Reina Regente’ que había en el Cementerio Municipal de Torrevieja.

No había pasado un mes del naufragio del crucero ‘Reina Regente’ cuando, el 2 de abril de 1895, en el muelle del barrio de Puente de Mayorga, término de San Roque (Cádiz), zozobraron por efecto de un temporal el bergantín goleta ‘Safe’, de Barcelona; el pailebote ‘Francisco’, de Torrevieja; y la brik-barca ‘Cachón’, de la que no sabemos su nacionalidad. La autoridad local y la guardia civil prestaron auxilio a las tripulaciones de estas embarcaciones. Días después, el mar arrojó en la playa el cadáver de un hombre que, por su estado de descomposición, no fue posible identificar.

El domingo, 28 de abril, salió desde Orihuela para Torrevieja una estudiantina organizada por Pedro Ramón Mesples, encargada de allegar recursos a las desconsoladas familias de los desgraciados náufragos del crucero ‘Reina Regente’ de la provincia de Alicante. Estaba compuesta, en su mayoría, por jóvenes entre los que se encontraban algunos pobres que desinteresadamente dejaron perder su jornal en bien de su prójimo, como el organizador, y los pueblos de Orihuela y Torrevieja que contribuyeron con su óbolo a tan humanitaria empresa.

Estaba formada por dos tocadores de bandurria, cuatro flautistas, dos violinistas, nueve guitarristas, un bajista, seis tocadores de pandera, trece cantores, y siete postulantes que debían de recoger el dinero. Como directores fueron Luis Orgilés Marí, Camilo Rogel Esbrí y Ramón Montero Sánchez.

Pedro Ramón Mesples, con una actividad incansable, proporcionó los carruajes particulares necesarios para emprender el viaje a Torrevieja, sin coste alguno, para que no se distrajera nada de los fondos que debían de recaudar.

A las tres de la mañana, salieron de la puerta de la casa de Mesples los cuarenta y cinco jóvenes que componían la estudiantina, en pasacalles, tocando un pasodoble hasta la salida de Orihuela por la carretera de Bigastro, lugar donde se acomodaron en los carruajes.

Una hora después, llegaron al pueblo de Bigastro, cuando todavía no era de día, bajo la comparsa para darle una serenata al alcalde, que previamente le había sido avisado Mesples del paso de la estudiantina por aquel pueblo.

Después se siguió el camino hacia Torrevieja. A las seis y media de la mañana llegó la estudiantina a la hacienda titulada ‘El Cuartel’, propiedad de Agustín Martínez Giménez, cuyo labrador obsequió a todos con un vino y su óbolo de caridad.

Como a dos kilómetros de Torrevieja se notaba una especie de avanzadilla de personas de todos los sexos y edades, observando la llegada de los carruajes, corriendo en dirección de la población dando vivas a la estudiantina y a Orihuela.

Llegados al pueblo, a las ocho y media de la mañana, fueron recibidos a la entrada de la población, por el alcalde Vicente Castell Satorres y una comisión del Ayuntamiento, el diputado provincial Rafael Sala, junto con las personas más notables y distinguidas de la villa, un gentío que bajaba de las mil personas y la banda de música de Torrevieja que lució sus acordes ecos al apearse de los carros la estudiantina.

Después del correspondiente saludo, Vicente Castell manifestó la satisfacción que sentía el pueblo por ese acto de caridad que ejercía la juventud oriolana. Pedro Ramón Mesples, poseído de una emoción que no pudo ocultar, dio las gracias a todos los presentes porque, despreciando al abrasador sol que se sentía, se habían apresurado a preparar aquel expresivo recibimiento; hizo especial mención a las autoridades, terminando con viva al vecindario de Torrevieja y otro a la caridad de éste, y que fueron contestados con entusiasmo. Seguidamente, el alcalde y otras personas vitorearon a la juventud oriolana, a la estudiantina y a Orihuela.

A continuación volvió a tocar la música y se emprendió la marcha en dirección a la Casa Ayuntamiento. Terminado el pasodoble que tañían los instrumentos de la banda de Torrevieja, la estudiantina siguió con otro pasodoble perfectamente ejecutado y que mereció nuevos vítores, con un gentío inmenso, presididos por el alcalde, diputado provincial, llevando entre ellos a los señores Mesples y Montero, llegaron al Ayuntamiento.

Allí les esperaba el cura párroco Antonio Gómez, otras personalidades distinguidas y varios jóvenes y jóvenes que se ofrecieron a postular con la juventud oriolana.

Después de unos pocos minutos de descanso, la estudiantina se dirigió a la puerta del templo, empezando las funciones religiosas, saludando a la Purísima Concepción con coplas que improvisaron y otras con letras del oriolano José María Balaguer. Terminada la misa mayor, todos los asistentes se detuvieron ante la estudiantina, felicitándolos por el acto de caridad que se estaba ejerciendo.

Al poco rato y con el calor consiguiente, a las diez de la mañana, empezó el recorrido por las calles de la población con un resultado satisfactorio, hasta el pobre depositó su pequeño óbolo en el platillo del postulante; todos disputaron el puesto más cercano a la estudiantina, las puertas de las casas se habrían con un regocijo inusitado y las jóvenes muchachas se precipitaron a la calle para saludar a la estudiantina. Muy difícil es de describir el entusiasmo del pueblo.

A las once, oyó misa la estudiantina y se retiró a descansar, disputándose el vecindario el alojamiento de los jóvenes músicos oriolanos, determinado el alcalde llevarse al personal a las dos fondas que tenía la población, a excepción de Pedro Ramón Mesples, al que varias personas se disputaron el derecho de sentarlo en su mesa, aceptando la del alcalde Vicente Castell; Ramón Montero Sánchez ocupó la del administrador de las Salinas, José Jiménez; y cinco personas más fueron a casa del párroco don José Gómez. Al resto del personal fueron a las fondas, en donde se les sirvió una espléndida comida, vino, tabacos y lo mismo por la noche.

A las tres de la tarde se personó la estudiantina en el Casino, donde fueron recibidos por su presidente Manuel Ballester que la recibió tributando al señor Mesples grandes elogios. Los anchurosos salones y café del establecimiento no pudieron contener al número de personas que allí se querían congregar, costando trabajo hacer espacio para los componentes de la estudiantina, que apenas pudieron usar sus instrumentos.

La estudiantina reprodujo sus acordes ecos que acompañaron el coro de cantores, y los postulantes renovaron sus peticiones, aportando todos su nuevo óbolo. Pedro Ramón Mesples, con el permiso del presidente del Casino, usó la palabra pronunciando frases de dolor para los náufragos del ‘Reina Regente’ y lástimas y tristezas para sus familias; expreso lo que Orihuela había hecho para las almas de los finados y para el alivio de sus desgraciadas familias, y por último dio gracias a las autoridades y al vecindario de Torrevieja por la cariñosa acogida que se dispensaba a la estudiantina, agradeciendo al Casino la simpatía que se dibujaba en los rostros de todos los concurrentes, terminando por rogar que uno de los postulantes le siguiera en el uso de la palabra.

Un joven aceptó y en un breve discurso pidiendo a todos que rogaran por las almas de los infortunados del ‘Reina Regente’, y que cada cual, con arreglo a sus fuerzas, hiciera lo que pudiera por las desamparadas familias de tanto desgraciado, especialmente por las la provincia de Alicante, entre las que dio preferencia a las pertenecían al vecindario de Torrevieja, finalizando por agradecer al pueblo todo y en especial al Casino las simpatías que había sentido al pueblo hermano de Orihuela.

Manuel Ballester, en nombre del Casino, dio las gracias a la juventud que compañía la estudiantina y dio cien pesetas en nombre de la sociedad; tributando Mesples, en nombre de la caridad y de la estudiantina el más expresivo agradecimiento. Con lágrimas en los ojos y sensiblemente emocionados todos los allí presentes se dieron vivas a la Caridad, a Orihuela y a Torrevieja.

Terminado el acto, las estudiantina prosiguió el recorrido por la población finalizando al oscurecer en el Ayuntamiento, donde Vicente Castell entregó a Mesples cincuenta pesetas para que las uniera a las limosnas recogidas, cuyos fondos se contaron en presencia del alcalde, el cura párroco y otras personas. Ascendiendo el total de lo recaudado a 832,01 pesetas.

Seguidamente se retiró todo el personal a los sitios donde habían comido y después de servirles una abundante cena se reunieron en el Casino en donde tocaron un buen rato en agradecimiento a tan generoso como atractivo vecindario torrevejense.

Al alcalde Vicente Castell, el cura y otras personas, no abandonaron a la estudiantina hasta que salió de la población. A la una de la madrugada, ya del lunes, volvieron los beneméritos jóvenes a montar en los carruajes para su regreso a Orihuela, donde llegaron ya de mañana.

Para apreciar el verdadero valor de la cantidad depositada en aras de la caridad, no hay que tener en cuenta la suma sino la situación por la que atravesaban las poblaciones de Torrevieja y Orihuela, para comprender la grandeza del sacrificio, mucho más apreciable en Torrevieja, a pesar más directamente interesada, por ser el vecindario mucho más reducido y estar atravesando una crisis económica continua.

Un amigo de los desparecidos torrevejenses en el ‘Reina Regente’ les dedicó un tango español que comenzaba así: “Crucero ‘Reina Regente’, / que en marzo se perdió. / Se ahogaron muchos valientes, / marinos de gran valor. / Yo por desgracia tenía / tres amigos marineros / que murieron sumergidos / con sus nobles compañeros. / El pueblo de Torrevieja / nunca olvidará la fama / de José Aguado y Juan Pérez / y de Manolito Inglada…”.

(Continuará)

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 28 de febrero de 2015

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