POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Hablé hace un par de días sobre la inútil singularidad de un agosto con cinco sábados, cinco domingos y cinco lunes (si fueran todo domingos otro gallo cantaría, o ninguno), cuando ahora toca hablar de la luna azul, un raro evento cósmico que el pasado mes de julio trajo dos lunas llenas, una el día 2 y la azul, que no es azul, el 31, aunque lo verdaderamente raro sería que se fundiera o que se retrasara, pues el tiempo que transcurre entre dos lunas llenas, los apaches no me dejarán mentir, es siempre de 29,53 días; no puede haber un febrero con dos lunas llenas pero caben dos en cualquier otro mes, es cuestión de tiempo; dicen que la próxima luna azul volverá el 31 de enero de 2018. Y es que ahora pretendemos convertir la astronomía en astrología, queremos enseñar el culo a la luna azul a ver si nos doblan el sueldo, pero ni trabajando el doble caben dos salarios en un mes.
Fuente: http://www.lne.es/