POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE

La Puerta del Sol, kilómetro cero y cogollo de la historia de la villa, vuelve a estar presente en un debate. Se ha abierto un concurso internacional de ideas, promovido por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, para diseñar un futuro para este espacio emblemático. El Ayuntamiento cree que es oportuno encontrar una nueva imagen para este lugar de encuentro, de paso, de cita, y la participación se abre a todos los madrileños que deseen aportar sugerencias, su visión particular. No es la primera vez que esto ocurre. Ya existe un precedente, cuando los madrileños votaron por la ubicación donde colocar la estatua ecuestre de Carlos III. Y por mayoría se decidió que fuera la Puerta del Sol el sitio escogido para situar el monumento al que se dijo fue “el mejor alcalde de Madrid”. Espero que los comerciantes de la zona también participen activamente en el futuro de la Puerta del Sol, porque ellos especialmente se juegan mucho en este envite, no hay que olvidar que el comercio ha sido el principal damnificado por la anarquía en el uso del espacio de Sol, con la avalancha de manifestaciones, concentraciones y acampadas que han tenido como escenario el kilómetro cero de la capital.

Con este concurso internacional de ideas se debe decidir si la Puerta del Sol continúa siendo un lugar de paso o una zona estacional, donde haya sitio para el reposo, arbolado en la medida que sea posible, con una terraza para el café con leche y el descanso en el camino, algo que se parezca más a una plaza que a un cruce caminos. PiensaSol es el lema de esta operación, en la que los arquitectos deberán aportar sugerencias para la configuración estética. Estamos ante un espacio de la ciudad que ha sufrido muchas modificaciones y remodelaciones a lo largo de su historia, y la mayoría de ellas con escasa fortuna. En enero o febrero del próximo año se fallará el concurso de ideas. La Puerta del Sol necesita una nueva imagen, también en lo social, erradicando esos focos de mendicidad, de vendedores ilegales, de carteristas que han pasado a formar parte del paisaje. El kilómetro cero de Madrid no puede seguir siendo una especie de microcosmos de la anarquía.

Fuente: http://gentedigital.es/