POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Pero sin embargo» es una enojosa expresión que invade la calle, los telediarios y la prensa, con artículos de firmas solventes. Pues bien, cada expresión adversativa es completa en su propio sentido y suficiente; basta con elegir una (pero, empero, no obstante, sin embargo, mas, si bien, aunque, con todo, por el contrario) y, a continuación, contraponer el concepto que nos interese: «Los médicos de Oviedo dedican menos de cinco minutos por paciente, pero con buen ojo». La unión de dos locuciones adversativas, más que darle énfasis a la frase, como pretenden excusarse algunos, lo que consiguen es redundar de manera intolerable, restringir lo restringido, ponerle peros al pero, o, lo que es peor, oponerse a lo que se opone, excluir lo que se excluye, un volverse atrás, un desdecirse. «Pero pero» es mucho pero, demasiado, para empezar el año.
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