
POR FRANCISCO SALA ANIORTE. CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE TORREVIEJA (ALICANTE)

A Ángel Clares Escámez. In memoriam
Muchas doctrinas antiguas usaban un grupo de elementos para explicar los patrones en la naturaleza. En este contexto, la palabra elemento se refiere más al estado de la materia (o sea, sólido/’tierra’, líquido/’agua’, gas/’aire’, plasma/’fuego’) o a las fases de la materia.
Los cuatro elementos clásicos griegos ‘tierra’, ‘agua’, ‘aire’ y ‘fuego’ vienen de los tiempos presocráticos y perduraron a través de la Edad Media hasta el Renacimiento, influyendo profundamente en la cultura. Los estados de la materia, según la ciencia moderna y también la tabla periódica de los elementos y el concepto de combustión (fuego) pueden ser considerados sucesores de aquellos modelos.
La teoría de las cuatro raíces de Empedocles (cerca del 450 a. C.) es mencionada por Aristóteles: el fuego es a la vez caliente y seco; la tierra es a la vez seca y fría; el agua es a la vez fría y húmeda; y el aire es a la vez húmedo y caliente.
Para los marineros de aquella Torrevieja del siglo XIX y primera mitad del XX, el alcanzar la ‘tierra’ era el principio de supervivencia, más aún cuando los temporales de viento de Levante –el ‘aire’-, soplaba fuerte en la bahía torrevejense, desprotegida de un espigón de abrigo y haciendo naufragar a muchos de los buques en la hoy se denomina, con muy bien sentido, ‘Playa de los Náufragos’, en un mar –‘agua’- embravecido.
Para remediar aquellos dramas, se constituyó en Torrevieja, el 3 de julio de 1881, la ‘Sociedad de Salvamento de Náufragos’ que, hasta su disolución tuvo tres los botes de salvavidas: el bote salvavidas insumergible ‘Martín Aguirre’, a vela y remo, con dos palos, dos velas con entena al tercio y un foque; 9 metros de eslora, 2,5 metros de manga y 0,90 metros de puntal. Desembarcado el 29 de diciembre de 1889, fue bautizado el domingo, 9 de febrero de 1890, la tarde, con gran solemnidad, pronunciando un exaltador discurso el impulsor de esta sociedad, Carlos Antonio Talavera.
Permaneció en activo hasta que en 1909 fue remplazado por el bote de salvamento ‘Marqués de Reinosa’. Este segundo bote, también a vela y remo, tenía 11 metros de eslora, y disponía de un aparejo similar al anterior.
Fue sustituido en 1921 por otro bote salvavidas insumergible, de construcción nacional, a remo y con el mismo nombre, ‘Marques de Reinosa’, de 8,73 metros, 2,38 metros de manga y 0,97 metros de puntal.
Patrones de este último bote salvavidas de la Sociedad de Salvamento de Náufragos de Torrevieja y de las heroicas brigadas que lo tripulaban fueron Ángel Clares Bru, desde 1921, y su hijo Ángel Clares Pérez, desde 1950 hasta la desaparición de la Junta Local.
Un hecho a destacar por el ‘Marqués de Reinosa’ y los hombres que lo tripulaban, sucedió el 30 de noviembre de 1931. A las 6 de la mañana un temporal de mar y viento del nordeste puso en alerta a las tripulaciones de los barcos que se encontraban fondeados en la bahía de Torrevieja que, dada la intensidad del viento y las olas, con el inminente peligro para las embarcaciones que comenzaban a garrear el ancla y romper amarras, tuvieron que pedir auxilio a la Estación de Salvamento de Náufragos, procediendo el perdonal a botar el bote de salvamento a remos ‘Marqués de Reinosa’ tripulado por marineros voluntarios, siendo patrón Ángel Clares Bru, proel Manuel Torres Manzanares y marineros remeros Manuel Mínguez Alarcón, José Benez Bernabé, Manuel Soler Albaladejo, Juan Aznar Martínez, José Soriano Lorenzo, Manuel Guillamó Hernández, José Soler Torregrosa, Antonio Martínez García, José Ruso Pérez y Felipe Sanz Solves. Mientras la brigada de tierra compuesta por los marineros voluntarios Manuel Gómez Maciá, Antonio Ortega López, Jaime Rebollo Guillamó, Antonio Rodríguez García, Francisco Rodes Sans, Miguel Alarcón Córdoba, Rafael Cerezuela, José Muslera Valle, José Solivelles Sala y Juan Solivelles Andreu, dirigiéndose a la playa a recoger a los tripulantes de los barcos que, a causa del temporal, habían roto su amarras, llevándolos a la playa, entre ellos el pailebote ‘Felix Martí’. Otros barcos, como el pailebote ‘Asunción’ matrícula de Santa Pola, la balandra, ‘María Ballester’ y el barco de pesca ‘Joven Vicente’, ambos matrícula de Torrevieja, al garrear el ancla quedaron en la rompiente con gran peligro para sus tripulaciones.
La tripulación del bote de salvamento ‘Marques de Reinosa’ con gran valentía y despreciando el peligro, luchando contra la mar y el viento lograron llegar al costado del ‘Joven Vicente’ trasladaron a bordo a sus siete tripulantes, entre ellos al patrón Vicente García García, Francisco Sanz Rodríguez, de 15 años, el mecánico Domingo Pérez, y demás marineros que, sanos y salvos, fueron trasladados a tierra, volviendo a salir para recoger a parte de la tripulación de la balandra ‘María Ballester’, que en ese momento se encontraba a bordo del remolcador de la salinera, dedicado al traslado las barcazas de las Eras a los barcos fondeados en la bahía.
En esta segunda operación con grandes esfuerzos lograron embarcar en el bote al patrón y a tres marineros, con los que, al no poder continuar por los golpes de mar, regresaron a la playa donde fueron reanimados e invitados a chatos de vino y brandy por el público presente. Una vez dejados en tierra, el bote salvavidas se dirigió en auxilio del marinero que había quedado de guardia en la balandra ‘María Ballester’ y de cinco tripulantes del pailebote ‘María Asunción’, llevándolos a la playa donde esperaba con impaciencia una muchedumbre que, al verlos, dieron vivas a la ‘Sociedad de Salvamento de Náufragos’.
Por esta acción humanitaria del patrón y de los marineros voluntarios torrevejenses, el ‘Consejo Superior de la Sociedad de Salvamento de Náufragos de España’, por haber salvado a esos hombres, concedió al patrón del bote salvavidas Ángel Clares Bru la medalla de plata de la asociación y 50 pesetas en metálico y a cada uno de los tripulantes del bote la medalla de bronce y 25 pesetas, además de 10 pesetas a cada uno de los marineros voluntarios de la brigada de tierra que participaron en el salvamento.
Este bote -último de los botes de salvamento en Torrevieja- estuvo en activo hasta el año 1969. Al construirse el ‘Club Náutico’ fue expuesto en un jardín, junto al restaurante ‘Miramar’. Años más tarde, al desparecer el antiguo ‘Miramar’ de madera, en 1974, fue trasladado a otra zona ajardinada en la entrada del puerto pesquero, terminando sus últimos días abandonado en lo que hoy es el ‘Paseo Maestro Velero’ y siendo víctima del cuarto elemento: ‘el fuego’, por voluntad de un incendiario sin escrúpulos y del desprecio a la cultura de gran parte del pueblo.
Si hubiese entonces habido un ‘Parque de Bomberos’, estoy seguro que Ángel Clares Escámez habría salvado a ese gran buque con el que su abuelo y su bisabuelo salvaron a tantos marineros de perecer ahogados.
Al día de hoy, el timón del ‘Marqués de Reinosa’ es el único recuerdo de él se conserva en el ‘Museo del Mar y de la Sal’.
Fuente: http://www.laverdad.es/