
POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE TORREVIEJA

(Comunicación presentada en el VI CONGRESO REGIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE CRONISTAS DE MURCIA – Archena, 16 de marzo de 2013)
La obra de Salas Coll y Medina Vera fue la entrada del arte decorativo modernista en Torrevieja, que se estaba desarrollando en toda España, momento en el que se interpreta el fenómeno de la industria desde una perspectiva abiertamente optimista, pues se consideraba que la producción industrial ofrecía una de las pocas salidas viables para situar al país a la altura de los nuevos tiempos. Esto era, en realidad, una toma de posesión plenamente regeneracionista y que se correspondía con la ideología de los intelectuales españoles de fines del siglo XIX. (35)
Enrique Salas Coll e Inocencio Medina Vera, unidos y llevados de una misma idea, realizaron una obra tan sencilla, tan elegante, de tanta novedad y delicadeza como la que plasmaron en las paredes del salón principal del Casino de Torrevieja.
Hicieron, según las crónicas de la época, un derroche de nubes que parecían agitarse bajo relieves, flores que solo carecían de aroma, esmaltes que se confundían con la porcelana; en fin, la más delicada confraternidad, el más estrecho abrazo de la escultura y la pintura, mostrando el arte más vanguardista de la época. Durante los días en que se pintaron los fondos y se colocaron los recuadros, estuvo el salón del Casino continuamente cuajado de curiosos que iban saboreando por dosis las bellezas que transmitían al lienzo y la madera, los dos artistas.
Tan grande fue el cariño a lo ejecutado por Enrique Salas Coll e Inocencio Medina Vera, que se dudó si el zócalo desmerecería el conjunto, pero haciendo la prueba de colocar un pequeño trozo del mismo, no llegaría la noche sin que después de contemplarlo cuantos socios asistieron a la Sociedad Casino, quedaran todos conformes en que era una obra completamente acabada y que había dado un eterno mentís a cuantos llevados por la envidia y la ignorancia a un tiempo, quisieron desacreditar lo “que no son capaces de soñar siquiera por estarles vedada la entrada en el templo del arte”.
Orgullosa estuvo la Junta del Casino de haber realizado en él una mejora que jamás se hubiera hecho a no venírsele a las manos el buen gusto de “Casanova, Coll y Compañía” y el exquisito gusto e inspiración de los jóvenes artistas Medina Vera y Salas Coll.
Se dijo, en secreto, que la Junta del Casino acordó “algo” para demostrar su complacencia y gratitud a unos y otros. No pasó de ser esto más que un rumor, porque no sabemos si llegó a realizarse. Esto sí, se dijo: “Cónstele á dichos artistas y á la casa constructora, que las personas ilustradas, cuantas tienen un mediano criterio, las más humildes siquiera pero sin apasionamientos, les dan las gracias desde el fondo de su alma y admiran su desprendimiento.” (36)
Torrevieja y “La Fuensanta” no podía renunciar al progreso que representaba la industria, pero, alternándola con las técnicas artesanas, de tal manera que en la fábrica los objetos manufacturados convivieron con los objetos producidos artesanalmente. Las artes y los oficios resultaron revalorizados
complementariamente y su categoría de piezas únicas, prevaleciendo por encima de otras características, se convirtieron en obras refinadas y exquisitas (37), como las realizadas por los archeneros Enrique Salas Coll, Inocencio Medina Vera y Pedro José Galera Martínez.
En el mes de junio de 1907, cayó enfermo Enrique Salas Casanova, fundador de “Casanova Coll y Compañía”, saliendo del trance bastante desmejorado (38), debiendo de morir al poco tiempo, ya que no aparece en el padrón de vecinos de Archena del año 1908. (39)
NOTAS:
(35) BARRECHINA, JAIME (Dir.). Artes decorativas del siglo XX. Modernismo. Ed. Planeta-Agostini. Barcelona, 1989. Págs. 28-29.
(36) El Heraldo de Murcia; Murcia, 14 de enero de 1901.
(37) BARRECHINA, JAIME (Dir.). Artes decorativas del siglo XX. Modernismo. Ed. Planeta-Agostini. Barcelona, 1989. Pág. 29.
(38) El Demócrata; Murcia, 13 de julio de 1907.
(39) A.M.A. Padrón de vecinos de 1908.
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 14 de junio de 2014