
POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

El programa cultural que ofrece el mecenazgo del complejo Valbusenda constituye una permanente sorpresa, primero, por la rica variedad temática que ofrece y en segundo lugar por el descubrimiento como el del joven escultor Daniel Lorenzo Goñi.
Daniel, desconocido en esta tierra que es la suya, se nos presenta gracias al programa Valbusenda con un currículum resultado de las miradas vivas y acuciantes de quienes saben leer con la mente abierta, arrastrando al espectador a adentrarse y apreciar el ritmo que el autor supo imponerle a su obra. Eso, solo el artista consagrado y entregado de lleno en cuerpo y alma es capaz de lograrlo.
Nuestro artista ha saltado viejas fronteras y trae apuntes de viaje, notas nada fáciles de conseguir en determinados ambientes. Sin embargo, Daniel las alcanzó sin más testimonio que su propia obra. Sus esculturas atraen de manera que no sabes cómo desprenderte de ellas, sea cual sea el material, ya sea figura humana, grupo o la fiereza animal.
La exposición de Daniel ofrece materia para sólidas y profundas meditaciones con ella tenemos delante el primer capítulo de una obra que marcará un hito en la historia del arte de estas tierras nuestras, cargadas de sensibilidad y de auténticos maestros.
El mecenazgo de Valbusenda constituye una rica e interesante aportación al estímulo y a la vez promoción de las Bellas Artes, teniendo en cuenta que aquí existe un rico filón de ese campo, campo con una solera de siglos y figuras que están en la historia del Arte en las primeras páginas. Tierra dura y sufrida que dan nuestros frutos que no siempre han tenido o encontrado buenos mercados. Pero eso ya es otro camino que suelen manejar los intermediarios.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/