VALENCIA – PLAÇA DEL CRONISTA FRANCESC DE P. MOMBLANCH
Arriba: Plaza del Cronista. Abajo: pronunciando una alocución, entre otros el Barón de Terratreig. / FOTOS: J. Martí Coronado
Arriba: Plaza del Cronista. Abajo: pronunciando una alocución, entre otros el Barón de Terratreig. / FOTOS: J. Martí Coronado
Arriba: Placa cerámica de Manises de la Plaza Cronista Momblanch y Gonzálbez. Abajo: familiares. / FOTOS: J. Martí Coronado y J.L. Lindo
Arriba: Placa cerámica de Manises de la Plaza Cronista Momblanch y Gonzálbez. Abajo: familiares. / FOTOS: J. Martí Coronado y J.L. Lindo

Dicen que la idiosincrasia de una persona viene determinada por su linaje, el sabio refranero español es profuso en ejemplos que ratifican esta aseveración. De entre todos, el más conocido y esclarecedor es aquel que dice “de tal palo tal astilla”. La expresión española hace referencia a la similitud existente entre padres e hijos, a la herencia genética.

Pues bien, con todo el respeto, el que esto subscribe – por cuestiones de edad – no tuvo la suerte de conocer el “palo”, sin embargo, sí me honro en conocer su “astilla”, es decir, al hijo de Francisco de P. Momblanch y Gonzálbez. Así, que conociendo todas las virtudes que atesora Fco. P. Momblanch García, fundamentalmente su inconmensurable humanidad, uno acierta a entender los elogios de todos aquellos que conocieron de cerca a su padre y, además, comprende lo que este insigne valenciano significó para la historia de nuestra Comunidad.

D. Francisco de Paula Momblanch y Gonzálbez, nació en Alcoy, el 18 de octubre de 1892, fue hijo de D. Francisco de Paula Momblanch Gonzálbez, notario de Alcoy, y de Dª Desamparados Gonzálbez Bono; ambos naturales de la localidad de Muro.

Tras la prematura muerte de D. Francisco, su viuda Dª Desamparados y sus dos hijos, Francisco y Amparo, regresaron a su residencia de Muro. En esta localidad D. Francisco de Paula Momblanch y Gonzálbez, inició sus primeros estudios en el parvulario de las Hermanas Terciarias Franciscanas. Posteriormente se trasladaría a Valencia para cursar el Bachillerato y el magisterio docente que ejerció en Burriana y en Benillloba, en esta última localidad conoció a la que luego sería su mujer, Dolores García Segura.

Instalado definitivamente en Valencia, ingresó por oposición en la Caja de Ahorros de Valencia, siendo Director de la sucursal de los poblados marítimos. Tras la desgraciada guerra civil y a pesar de la dura posguerra, su férrea voluntad le llevó a cursar estudios en la Facultad de Derecho de Valencia, logrando posteriormente el Doctorado. Consagró toda su vida a la profesión de abogado y la investigación histórica, aún debiendo ensalzarse sus tres grandes pasiones: el amor a su familia, a Valencia y a su querido pueblo de Muro.

El 3 de enero de 1949, fue nombrado Cronista Oficial de Muro e Hijo Adoptivo de esta localidad alicantina. Antes y después de su nombramiento como Cronista, una prolija labor investigadora inunda el currículo de D. Francisco y del que considero pertinente mencionar aquí, entre otros: Influencia política de San Vicente Ferrer (1919), La segunda Germanía del Reino de Valencia (1957), Al-Azraq, capitán de moros (1977). La tradición y las guerras carlistas: Carlos V (1929), Historia de la Villa de Muro (1959), Historia de la Albufera de Valencia (1960), Cien abogados ilustres del Reino de Valencia (1961), El obispo inquisidor fray Juan de Ungiera (1966), Virgen de los Desamparados, Patrona de Muro de Alcoy (1969), etc.

Entre otros cargos fue: Presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales del Reino de Valencia (década de los 50) Académico de la Real Academia de la Historia (1959), Académico de la Academia de Jurisprudencia y Legislación y Académico de Número de la hoy Real Academia de Cultura Valenciana. Distinguido con la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Cruz distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Penyafort. El 15 de agosto de 1965, el Ayuntamiento de Muro de Alcoy, rotuló una calle en su nombre, de la que trataré en otra ocasión. Así mismo, el Ayuntamiento de Valencia, rotuló una plaza con su nombre, de la que aquí informó y es motivo del homenaje en este apartado de la página web de la RAECO.

Falleció D. Francisco, en su despacho de abogado en la Calle de la Paz de Valencia, el 17 de abril de 1980, cuando se encontraba realizando un trabajo de investigación referente a su querida localidad de Muro.

Para tratar de discernir la importancia de este ilustre valenciano, quisiera añadir las palabras de elogio hacia su persona que refirió mi querido amigo, respetado profesor y maestro de tantas cosas, D. Santiago Bru i Vidal, quien en su “Semblanza de un intelectual”, decía de nuestro personaje: “la sola mención del nombre de D. Francisco de Paula Momblanch y Gonzálbez despierta en mi tal cúmulo de remembranzas y gratas evocaciones que resulta harto difícil poner freno a la extensa teoría de recuerdos dignos de rememoración”.

Obligado a poner punto y final a este escrito, por las consabidas razones de espacio, concluyo el mismo recordando que los prohombres valencianos perpetuarán su presencia, más allá de la muerte, mientras continúen vivos en la memoria de alguno de nosotros. Por ello, eterno recuerdo a la memoria de D. Francisco de Paula Momblanch Gonzálbez, insigne valenciano.

Texto: José Martí Coronado, Cronista Oficial de la Villa de Azuébar y de Chóvar.

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