EL ALCALDE ELOGIA A LA CRONISTA OFICIAL DE OVIEDO, «UNA MUJER ABIERTA Y DESPIERTA», QUE PIDE MÁS VÍAS DEDICADAS A LAS MUJERES Y UNA EN CONCRETO PARA LAS PELAYAS
El pasado año, a la vuelta del periodo estival, la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, sostenía que Oviedo era una ciudad abierta y despierta, que aquellos veranos de hastío en la urbe se habían esfumado. Esa descripción quedó grabada en la memoria del alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, quien ayer recordó esa «fórmula que va más allá de lo estacional y que resume una forma de ser de esta ciudad. Carmen también es una mujer abierta y despierta», elogió. Y añadió: «Es independiente, con una visión rica del mundo y verdadera pasión por Oviedo, una cronista libre, en alerta y honesta con su ciudad», expresó Caunedo. Motivos todos ellos por los que ayer el Consistorio le concedió una calle en el barrio de La Florida, allí donde la ciudad se une con Las Campas.
Lo alejado del centro del lugar, donde varios periodistas han recibido sus calles este año, no le importó a la cronista. «Tengo aquí amigos a los dos lados del espejo. El lugar en el que estamos, hermoso por natural, incluso en arbolado, no evoca el Oviedo perdido, porque no hemos de olvidar que, por ejemplo, la calle Uría nació entre huertas, verde suelo que se fue cubriendo de cemento», recordó. Y quiso subrayar que aquellos terrenos donde su nombre quedará para la posteridad fueron propiedad de las monjas clarisas que los perdieron con la desamortización. El dato histórico le sirvió a Ruiz-Tilve para enlazar con algunas reivindicaciones. Ya lo decía el alcalde al comienzo del acto: la cronista de la ciudad es una mujer libre e independiente.
«No está de más recordar a nuestras Pelayas, nuestras más antiguas e ilustres vecinas que tuvieron muchos terrenos en la ciudad y que han reivindicado como propio el terreno de La Vega para devolvérselo a la ciudad. Pero silencio y solo silencio», defendió. Para ellas, para Las Pelayas, solicitó Ruiz-Tilve una calle. De paso también recriminó que fueran tan pocas las féminas reconocidas en el callejero de la ciudad. «Tenemos algunos, pocos, pero algunos nombres de mujeres de papel y algunas de carne y hueso como Joaquina Bobela y María Andayón, Calles para mujeres que hicieron mucho por esta tierra como las hermanas Sánchez Tamargo, con calle en Ciudad Naranco, cuatro mujeres valerosas dedicadas a la enseñanza», explicó.
Aunque a su juicio son pocas las reconocidas con el honor de tener una calle en la ciudad. «Son todas las que están pero no todas las que son. Las mujeres no llegan al 5% del nomenclátor de la ciudad». Ella, Carmen Ruiz-Tilve, es una en ese pequeño porcentaje, aunque no quiso analizar las razones de tamaño honor, «pero si es por amor a la ciudad, no sensiblero, y por entrega a ella, lo acepto complacida», reconoció. Y se lo debe, dijo, a su padre: «Mi amor por Oviedo fue temprano, sentido y aprendido, como me enseñó mi padre, me enseñó a amar a Oviedo con sus cosas malas porque también las tendrá, aunque yo no se las veo».
Fuente: http://www.elcomercio.es/ – Idoya Rey