
POR ANTONIO ORTEGA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DE HORNACHUELOS (CÓRDOBA)
Hace muy pocos días, exactamente EL 20 de Mayo, se ha cumplido un quinquenio (cinco años), de la muerte de la Madre Marina de Cristo. Sirva este articulo como homenaje y recuerdo a esta cautivadora Monja.
En una de mis muchas visitas que realizé al convento de San Calixto, la Madre Cristina de la Eucaristia, Priora en ejercicio, me pidió que escribiera un libro sobre la Madre Marina de Cristo, lo cual llevé a cabo a partir de otra visita en la que ya iba acompañado por D. Manuel Moreno Navarro, Director de Ediciones de la Empresa Litopress Copisteria de Córdoba. Una vez entrevistados ambos por la Madre Cristina, tomamos la desición de confeccionar la historia y editarla.
Le dimos multitud de vueltas al titulo que debería llevar el libro, al final y de común acuerdo y previa bendición de la Madre Cristina, decidimos con gran acierto titularlo “SAN CALIXTO, Escuela de santidad”. El libro fue Prologado por D. Miguel Castillejo Gorraiz, Prelado de Honor de Su Santidad, que una vez que el día 23 de Junio de 1953 fue ordenado presbítero tras finalizar sus estudios sacerdotales en el Seminario de San Pelagio, de Córdoba, fue destinado a Hornachuelos, siendo Obispo de nuestra diocesis Fray Albino González Menéndez-Raigada; para que sustityera al Parroco D. Pedro Barona, que por su avanzada edad y enfermedad, se veia imposibilitado de seguir ejerciendo, por lo que D. Miguel quedaba a cargo de las parroquias: la de Santa María de las Flores en Hornachuelos y la de Nuestra Señora de la Sierra en San Calixto, que con la gran ilusión y entusiasmo carácteristico de un joven eclesiástico, tuvo el gran acierto de escribir el Hinno de la Virgen de la Sierra, que en la actualidad siguen cantando las monjitas del convento: Salve, Salve, Salve, Virgen de la Sierra. / Que desde tu blanca ermita por nosotros a Dios ruegas, / Que desde tu blanca ermita por nosotros a Dios ruegas. / Oye Madre los cantares que tus hijos a Ti elevan, / No desoygas nuestras súplicas y velad por nuestra aldea. / Salve, Salve, Salve, Virgen de la Sierra, / Que velas por nuestro pueblo desde Tu Trono de gloria, / San Calixto tierra y cielo con su torre / Tiene unidos en una abrazo Señora / Para hacer un relicario en que guardar tan gran joya, / En que guardar tan gran joya. / Salve, Salve, Salve Virgen de la Sierra / Que desde tu blanca ermita por nosotros a Dios ruegas, / Que desde tu blanca ermita por nosotros a Dios ruegas.
Así fue como el día 7 de Junio de 2002, era presentado en la Fundación Miguel Castillejo de Córdoba, el citado libro a cargo del Rvdmo. P. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez Tangil de cuyas palabras se desprenden tanto la extraordinario presentación y la exhastiva y documentada explicación que realizó el P. Cruz-Conde del que dijo: “Tanto la historia, como de la situación geografica donde se situa la historia de este libro, el historiador e investigador Ortega Serrano, autor del libro, da a conocer todos los datos y referencia de la Sierra de Hornachuelos y el lugar, donde en principio fue fundado el Monasterio del Tardón por los Bacilios y que posteriormente fue reedificado por el P. Mateo de la Fuente y otros eremitas.”
En 1956, la divina providencia dispuso que la actual Santa Madre Maravillas de Jesús, llevase a cabo en esa misma y maravillosa aldea, la fundación de su séptimo Carmelo y naturalmente con la ayuda de sus dueños, don Julio Muñoz R. Aguilar y doña Magdalena Muguiro Frígola, Marqueses de Salinas y abuelos paternos de la Madre Marina Cristo, la principal protagonista de esta obra.
Una monja de este Carmelo, a modo de introducción, nos comenta la forma de llegar y lo que encontraremos en la Aldea o Villa donde está ubicado el convento de de las Carmelitas Descalzas de Nuestra Señora de la Sierra de San Calixto, diciendo lo que sigue:
“Para llegar a San Calixto, hay que dejar a 18 kilómetros, el bello pueblo de Hornachuelos, y adentrarse en plena sierra. La carretera, con incontables curvas, parece que nos va invitando a penetrar en el silencio. Ese silencio de contemplación ante las maravillas creadas por Dios. De repente, se perfila en el azul del cielo una esbelta torre… Hemos llegado a San Calixto. Sus orígenes, su historia, la encontraréis en éste libro escrito por el gran historiador D. Antonio Ortega Serrano, Cronista Oficial de la Villa de Hornachuelos, pero él nos ha pedido el prólogo o algo parecido… y en nuestra sencillez y pobreza, intentaremos darles a conocer “algo” de la realidad que encierra San Calixto.
Al final de la calle, con casas a ambos lados, se llega al portalón de un convento de clausura. Se respira un silencio, que envuelve ese ambiente especial de algo desconocido. Y surge la pregunta inevitable ¿Qué sentido tiene eso? La Carmelita Descalza ha sido elegida por Dios para que: mediante oración, la donación total de sí mismas y la alabanza de Dios, su vida se convierta en una misteriosa fuente de fecundidad apostólica y de bendición para el mundo entero, desde el interior de un convento.
Como se lee en el Decr. “Ad gentes” sobre la actividad misionera de la Iglesia: “Los institutos de vida contemplativa, por sus oraciones, obras de penitencia y tribulaciones, tienen importancia máxima en la conversión de las almas, siendo Dios mismo quién, por la oración envía obreros a su mies (cf. Mt. 9, 38), abre las mentes de los no cristianos para escuchar el Evangelio (cf. Hch. 16,14), y fecunda la palabra de salvación en sus corazones (cf. 1Co. 3,7)”
El testimonio de estas carmelitas es: “Que Dios existe”, y es una locura prescindir de Él en la vida. Y llevan a la oración: las cruces de cada día de tantos hermanos nuestros, que viven momentos duros y difíciles, sin encontrar apoyo ni consuelo… con la certeza de fe, de que Cristo está presente, y nos escucha y no nos abandona jamás. Muy unidas a la Virgen, queremos decirle a cada lector: “Quién a Dios tiene. Nada le falta. Sólo Dios basta.”
Fue elegida por las monjas en tres legislaturas como Priora del convento: el 31 de octubre de 1997, a los 41 años de edad. El 19 de enero de 2001, fue reelegida de nuevo Priora, a pesar de la dolorosa enfermedad que la aquejaba, y el 14 de abril de 2004, es de nuevo reelegida nuevamente, la Madre Marina de Cristo. Periodo en que la Madre Marina, ya se encontraba muy mal de salud, pero que acometió sin embargo, la responsabilidad del priorato con la máxima entereza. En este periodo, y aunque la Madre Marina estaba tan mal de salud, acometió sin embargo, la restauración integral de la Iglesia y de su gran torre, teniendo que desmantelar toda la Iglesia, improvisar otro lugar adecuado en el convento para la Misa y el rezo coral.
Después de haber sobrellevado aquella penosa, dolorosa e incurable enfermedad, nos dejó como había vivido… siempre con una sonrisa en su cara y con los ojos abiertos como dos luceros y, este es el testimonio que narró una de “sus monjas” como ella solía llamarles: ”Avanzaba la madrugada, su respiración era cada vez más lenta, nos dábamos cuenta de que no podía durar mucho más y, de repente, vemos con estupor que empieza a abrir los ojos, radiantes, llenos de vida, hasta abrirlos de par en par… los gira de un lado a otro buscando algo o “alguien” y, en un determinado punto, que no coincidía con ninguna de nosotras ni con imágenes, luz o cuadro, los fija con una expresión como de sorpresa y de inmensa alegría. Todas la llamábamos, pero no atendía para nada nuestras voces, sólo veía “aquello”… En alguna ocasión la oímos decir: “A mi me vendrá a buscar la Virgen”. Y no sería de extrañar que el Señor concediera este deseo a su fiel esposa. Eran las 4:20 del sábado 20 de mayo de 2006”.
¡Que siga Descansando en la Paz del Señor, Su Esposo Divino! ¡Nuestra querida Madre Marina de Cristo!