POR JOSÉ LUIS LINDO MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE ARANJUEZ (MADRID)
Nuestra historia está plagada de héroes anónimos que dieron su vida defendiendo los valores e intereses de España y tierra extranjera. Recientemente se han publicado varios libros sobre las campañas del ejército español en África, la guerra del Rif, el desastre de Annual, el desembarco de Alhucemas… Guerras cruentas en las que miles de soldados, muy jóvenes, vivieron momentos de dureza insoportable. Es el caso del Capitán Félix Angosto Gómez-Castrillón, un bravo militar, natural de la localidad madrileña de Aranjuez.
Casi desde la conformación del Aranjuez municipal, surgió en la población ribereña hombres y mujeres que sobresalieron en el ámbito histórico. Uno de ellos fue un joven militar nacido en las postrimerías del siglo XIX. El día 26 de junio de 1898, vino al mundo Félix, hijo del matrimonio formado por Alejandro Angosto Palma –Comandante de Estado Mayor–, y Francisca-Adela Gómez-Castrillón Fernández. Ya en su juventud, Félix escogió para su vida profesional –siguiendo los pasos de su progenitor–, la carrera militar. Su bravura en la defensa de los intereses de la patria, le condujo a perder la vida. Por ello, el Consistorio reconocería, en homenaje póstumo, la labor del Capitán Félix Angosto Gómez-Castrillón. Su Hoja de Servicio en los anaqueles militares recoge ampliamente su trayectoria y muerte en combate.