AL ARRULLO DE LA MÚSICA
POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Boleros, baladas… ¡Cuán dulces tonadas en tarde otoñal! Por ellas, con ellas, voy como tras bellas hadas sin igual.
Pero se me escapan porque el tiempo atrapa mi vida y su luz. Ahora escucho solo el tono pipiolo de la juventud.
¿Adónde se fueron las notas que hirieron a mi corazón? Ya las tristes suenan -¡ay, reloj de arena!- tictac de ilusión.
Boleros, baladas… Al agua escanciada del río veloz suplico que vuelva, me lave y me absuelva… Y no vuelve, no.