POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Las tropas de los Austrias, luchaban contra las de los seguidores de los Borbones, por la hegemonía de los territorios murciano y manchego. El Cardenal Don Luís Belluga, fiel aliado de los Borbones, prestó toda su ayuda con el fin de derrotar a las huestes de los Austrias, en la célebre batalla de Almansa (Albacete).
Esa batalla fue el día 25 de abril, festividad de San Marcos del año 1713. Pasados unos años, concretamente en el 1756, fue cuando el cura propio de Ulea, Esteban Sandoval Molina, institucionalizó la procesión de San Marcos y posterior bendición de los campos uleanos, de labrantío, con la rogativa de que lloviera, florecieran sus sembrados y se obtuvieran buenas cosechas de cereales.
Esta fiesta popular de la bendición de los campos uleanos, tuvo su inicio en el siglo XVIII, como hemos referido con anterioridad y, para tal menester, el Ayuntamiento le proporcionaba un carruaje qué, partiendo de la plaza Mayor, portaba al párroco y Alcalde con la imagen de San Marcos; discurriendo por el margen izquierdo del río Segura -el llamado camino del barco viejo, la rambla de los tollos, la cuesta de los arrieros, cuesta blanca y llegada hasta la pequeña ermita de La Tercia del Tinajón, en donde se efectuaba la bendición anual de los fértiles campos.
La tesorería del Ayuntamiento sufragaba todos los gastos ocasionados, a pesar de que Sebastián de Rueda, Alcalde y señor de Ulea, había donado unos fondos económicos, a perpetuidad para sufragar actos religiosos, mantenimiento y adecentamiento de capilla, el escudo de armas, el panteón y frontispicio del altar mayor, de la iglesia de San Bartolomé.
Nota puesta en el libro de Pías Memorias, de Ulea, en el mes de noviembre del año 1865 (folios 4-75).