POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Es San Lucas el único de los cuatro evangelistas que nos describe con cierto detalle el Nacimiento de Jesús y las «posteriores visitas y adoración» de pastores y sabios (esos que algunos dieron en llamar Reyes o Magos).
No deja de ser curioso el que únicamente detalle las ofrendas de los Sabios (oro, incienso y mirra) y deje en el olvido los «presentes» que otros visitantes (pastores y vecindario) obsequiaban a una familia humilde, con todas las dificultades inherentes a un parto reciente.
La fantasía popular, siempre impregnada de fervor religioso y de ingenua dulzura, suple esa «falta de información» con narraciones de romancero y con breves poesías que se recitaban ante el Belén Parroquial.
Así, por ejemplo, sabemos que: «vinieron del pueblo / todos en romería; / unos traían MIEL / otros MANTECA y VIANDA; / otros ricos pañales / que parecían de Holanda…
Espigo estas estrofas de unas poesías que se recitaban por niños o niñas de Colunga: «Y voy date munches coses / que Tu tou te lo mereces; / mediu copín de CASTAÑES, / y un cestu apilau de NUECES. / Una ROSQUINA DE AZÚCAR; / FARRAPINES bien cocíes; / MIEL, MANTEQUINA y CUAYADA, / y unes poques avellanes / Que tengo en fornu metíes»— Y si me deja güelina / (non se si me dejará) /en saliendo de la escuela / voy traete la mitá / d´una borona caliente / qu´está más rica… que ná! «.
Nochebuena y Navidad, ahí a las puertas, nos invitan, como «los regalinos p´al Nenín”, a la humildad y a la sencillez.
Lo superfluo y lo «ostentorio» (que decía don Jesús Gil… y tal y tal) es muy poco evangélico.
Les sugiero esta sopa dulce del SANTO NIÑO: En una cazuela pongan a hervir leche con una rama de canela que, tras unos hervores (según gusten) deben retirar.
Incorporen a la leche sopas muy finas de pan de hogaza (asentado de unos dos días) y cuezan lenta y continuamente; agreguen una cucharada de mantequilla y sumen azúcar (al gusto) removiendo de continuo para favorecer su disolución y evitar que «se pegue» al fondo. Sirvan adornando con un espolvoreo de avellana o almendra molidas groseramente.