POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA, CRONISTA OFICIAL DE SAN JAVIER (MURCIA)
A LAS LOAS QUE ESTE CRONISTA OFICIAL DE SAN JAVIER HA REALIZADO DE JÓVENES QUE VIENEN TRIUNFANDO, NO PODÍA FALTAR LA DE LAS HERMANAS PARDO CASTEJÓN QUE TANTOS LOGROS HAN COSECHADO A LO LARGO DE SUS BRILLANTES CARRERAS.
Se trata de una saga de gente laboriosa y de buena crianza que educó a sus hijas en el trabajo bien hecho y ahí sus resultados.
Fui amigo de sus abuelos José Pardo Egea y Damiana Jiménez Jiménez y de sus padres José Pardo Zapata y Juani Pardo Castejón y puedo, asegurar que como decimos por aquí “de raza le viene al galgo”.
Enhorabuena queridas amigas, San Javier se enorgullece de vosotras y os desea lo mejor.
Nací en el Hospital Los Arcos de San Javier hace 31 años. Soy la hija menor de Pepe Pardo Zapata y Juani Pardo Castejón. Hasta los 17 años viví en San Javier, en el Barrio de Los Ríos. También estudié hasta dicha edad en San Javier, primero en el Colegio Público La Paz y después en el Instituto Ruiz de Alda, donde acabé mis estudios de secundaria con Matrícula de Honor.
Cuando llegó el momento de elegir qué carrera estudiar me decidí por la doble licenciatura de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid. Mi hermana María José había comenzado a estudiar esa misma carrera en Madrid. Aunque siempre es duro alejarte de tu familia tan joven, nunca sentí que estuviera lejos de casa ya que siempre tuve el apoyo de mis padres, los cuales nos visitaban continuamente.
Y cada vez que los estudios me lo permitían también viajaba yo a San Javier para estar con mi familia y amigos, disfrutar de ellos, del sol y la playa y de tantas cosas maravillosas que tiene nuestra tierra y a la que me encanta volver cada vez que puedo.
Después de cuatro años de estudios, en junio de 2005, me licencie en Derecho. Ese mismo año también se licenciaba mi hermana Maria José en Administración y Dirección de Empresas, ya que el año anterior lo había hecho en Derecho. En el acto de graduación que se celebró al finalizar el curso nos llevamos la enorme sorpresa de que ambas fuimos elegidas Premio extraordinario final de carrera, yo por mi licenciatura en Derecho y mi hermana por Administración y Dirección de Empresas.
Dicha mención se otorga al mejor expediente académico pero también requiere el voto de tus compañeros y profesores, lo que hace que dicho premio sea muy especial pues supone el reconocimiento de todos ellos. Y como siempre, en ese momento tan especial, allí estaban mis padres orgullosos de los logros que estaban obteniendo sus hijas a más de 400 kilçometros de su San Javier natal.
El año siguiente también fue bastante intenso pues decidí compaginar mi último año de la carrera de Administración y Dirección de Empresas con los cursos presenciales necesarios para obtener el doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid, una vez que ya era licenciada en Derecho.
Y además, también realice -al igual que otros años- unas prácticas en empresas. Pero el esfuerzo mereció mucho la pena. En junio de 2006 me licencié en Administración y Dirección de Empresas y cuál fue mi sorpresa cuando volví a obtener el Premio Extraordinario final de carrera, esta vez por Administración y Dirección de Empresas.
Además finalicé los cursos de doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid con sobresaliente, lo que me permitía optar a realizar un trabajo de investigación conocido como tesina para obtener el Diploma de Estudios Avanzados y poder así, posteriormente, realizar una Tesis Doctoral y llegar a ser Doctora en Derecho algún día.
En aquel momento tenía 22 años y había recibido una oferta para trabajar como abogada en el despacho de Abogados Garrigues, concretamente en el departamento de Procesal y Arbitraje. Yo conocía perfectamente el nivel de exigencia que suponía trabajar en un despacho de tanto prestigio como es Garrigues pues había hecho prácticas en su oficina de Murcia el verano anterior, y además mi hermana estaba también trabajando allí.
Pero también sabía muy bien que era una gran oportunidad profesional y personal pues tendría la oportunidad de trabajar en grandes asuntos y rodeada por los mejores profesionales por lo que no lo dudé un momento y comencé a ejercer como abogada en Garrigues, en el que llevo trabajando casi 10 años y sigo trabajando a día de hoy.
Aunque se trata de un trabajo que requiere mucha dedicación, he tenido la suerte de poder compaginarlo con mi vocación docente, impartiendo clases de Derecho Mercantil en la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) desde hace 5 años escribiendo artículos doctrinales y varios capítulos en libros de Derecho Civil y Mercantil; y desde hace un par de años también en otras Universidades como la Universidad Autónoma de Madrid o el Centro Universitario Villanueva adscrito en la Complutense donde colaboró en el Master de Acceso a la Abogacía.
Pero no todo ha sido trabajar, dar clases y estudiar, en 2012 me casé con Javier Ballester, nacido en Elche pero con raíces murcianas, el cual conoce muy bien nuestro pueblo pues siempre ha pasado sus veranos en Santiago de la Ribera donde vive parte de su familia.
Javier y yo nos conocíamos de los veranos en la playa y teníamos algunos amigos comunes, pero no fue hasta que él se fue allí a trabajar como ingeniero de telecomunicaciones a Madrid, cuando nos encontramos un día por casualidad en el Metro de Madrid y allí retomamos el contacto y empezamos a salir. Desde entonces no nos hemos separado.
Durante todos estos años he intentado ir sacando huecos en fines de semana, vacaciones y, especialmente, veranos, para intentar acabar mi trabajo de Tesis Doctoral, en el que llevaba trabajando desde que en 2009 acabé la Tesina. Al estar vinculada a la Universidad soy consciente de lo importante y necesario que era obtener el Título de Doctor y por eso cada vez que tenía un hueco, entre el trabajo, la familia, los amigos y mi marido, me ponía a investigar y avanzar en mi Tesis. El tema de estudio es la responsabilidad de los administradores de empresas en concurso.
Precisamente elegí este tema porque mis clientes del despacho acudían a nosotros preocupados por los supuestos en los que cómo administradores podían responder de las deudas de la sociedad si ésta se declaraba en concurso, pero también preocupados por el impago de deudas por parte de sus deudores e interesados por conocer que acciones podían ejercitar como acreedores frente a los administradores de sus sociedades deudoras, especialmente cuando éstos incumplían sus obligaciones propias de administrador y eso suponía que no pudieran cobras sus créditos.
Como es sabido, en estos últimos años en los que hemos atravesado una crisis económica tan importante este tema ha adquirido especial relevancia, y ahora, cuando por fin parece que la crisis empieza a superarse para muchos ha llegado el momento de exigir responsabilidades a quienes consideran causantes de los impagos de deudas. Debido al interés que suscitaba dicha materia, en el último año intensifiqué mi trabajo de investigación y redacción de la Tesis para poder finalizar la misma cuanto antes.
Entre tanto, en marzo de 2014 conseguí mi logro más importante y del que estoy más orgullosa: dar a luz a mi precioso hijo Javier en el hospital Los Arcos de San Javier (el mismo hospital en el que nací yo, aunque ahora ya no esté mirando al mar sino a nuestros campos, desde donde casi se pueden ver los invernaderos y huertos de mi padre).
Gracias a mi hijo he descubierto lo maravilloso que es ser madre pero también el tiempo que ello requiere. Como buena madre primeriza recurrí a los sabios consejos de mi madre y hermana, que también acababa de dar a luz a su segundo hijo por las mismas fechas, y pasé las semanas de permiso material en mi casa de San Javier.
Con la ayuda de mi familia y la de mi marido conseguí sacar tiempo durante ese periodo para cuidar a mi hijo pero también para terminar mi Tesis Doctoral. Y por fin, tras muchos años de esfuerzo y bastantes sacrificios, finalicé dicho trabajo en enero de 2015, depositando la Tesis en la Universidad Autónoma de Madrid y siendo convocada para su defensa el pasado 16 de marzo. Dicha defensa debía hacerla en dicha Universidad en Madrid ante un Tribunal de cinco miembros que en mi caso estuvo compuesto por un Magistrado del Tribunal Supremo, Excmo. Sr. D. Ignacio Sancho Gargallo y Catedráticos de las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid de reconocido prestigio.
Tras dicho acto de defensa de Tesis dicho Tribunal me otorgó la máxima calificación: Sobresaliente Cum Laude. Y, como siempre, en dicho acto estaba rodeada por mis padres, por mi marido, por mi familia, por mis amigos y por mis compañeros del Despacho y de la Universidad, apoyándome en ese momento tan especial.
A todos ellos les agradecí en aquel acto, y les vuelvo a agradecer su apoyo, pero muy especialmente a mis padres, porque sin ellos nada de lo que he conseguido en la vida habría sido posible, los cuales siempre me han ayudado y apoyado y de los que he aprendido que con esfuerzo puedes conseguir todo lo que te propongas.