TORREVIEJA… UN PUERTO DE NUNCA ACABAR (9)
Oct 17 2015

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

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En 1902 se dio un mitin de propaganda socialista y se celebró por primera vez la ‘Fiesta del Trabajo del 1º de Mayo’, produciéndose poco después el ingreso en la UGT de las sociedades obreras ‘Albañiles, Marineros y Salineros’. Durante esos años, la organización obrera de Torrevieja, dirigida por los socialistas siguió aumentando, pero sin llegar a constituirse el PSOE.

Al mismo tiempo, por Real Orden publicada el 23 de julio de 1902, la Dirección de Obras públicas autorizó a Onofre Caba la construcción de un embarcadero de cable aéreo en la playa de Torrevieja, que no se llegó a construir. Y el 28 de enero de 1903, se autorizó al director general de Obras Públicas para que, cuando lo estimara oportuno y conveniente, anunciara de nuevo la subasta de la concesión del puerto de Torrevieja, con sujeción al proyecto aprobado por Real Orden de 18 de octubre de 1890, debiéndose tener presentes las prescripciones 3ª y 4ª de la Real Orden de 24 de noviembre de 1890 y sirviendo de base a la licitación el proyecto y pliego de condiciones aprobado en la convocada con fecha 26 de agosto de 1895.

El 24 de junio de 1905, en la dirección general de Obras Públicas, se volvió a efectuar la subasta para la concesión del puerto de Torrevieja, teniendo que ser pospuesta para el 9 de julio, quedando desierta. En septiembre se quiso constituir una compañía con capitales españoles para acometer las obras del deseado puerto.

Hacía mucho tiempo que el pueblo de Torrevieja anhelaba vehementemente la construcción de un puerto. Las tentativas hechas hasta entonces para conseguir que fuera una realidad no habían dado un resultado efectivo.

En 1906 se aunaron el Ayuntamiento y las sociedades obreras para exponer el problema a instancias superiores. En sesión celebrada en el mes de julio por el Ayuntamiento, acordó redactar y presentar al ministro de Fomento una exposición en la que se detallen los antecedentes y la necesidad de la construcción de un puerto en Torrevieja.

El asunto del puerto era de interés general para toda la región. Para que se expusieran sus deseos se escribió la siguiente instancia firmada por el alcalde Rafael Sala García:

Excmo. Sr.:

El Ayuntamiento de la villa de Torrevieja, que tengo el honor de presidir, a V.E. respetuosamente acude y expone: Que desde hace muchos años es aspiración de este pueblo la construcción de un puerto en su rada, hoy peligrosísima para los buques que en ella han de verificar las operaciones de carga y descarga; impidiendo el desarrollo del movimiento mercantil a que por su situación y producciones está Torrevieja llamada.

Actualmente la rada de Torrevieja es un mal fondeadero por estar abierta a los vientos del segundo y tercer cuadrante, lo cual retrae a los veleros y vapores de los fletamentos para la misma, elevando los tipos de flete cuando no rechazan el contrato por no afrontar los peligros que su permanencia en ella significa.

La importancia de su movimiento, aun contenido como se halla por tan desfavorables circunstancias, se cuanta por centenares de miles de toneladas, y el valor de los géneros importados y exportados asciende a muchos millones de pesetas.

Este movimiento ha venido aumentando sucesivamente de una manera considerable por los esfuerzos de la compañía Arrendataria de estas Salinas, merced a la notoria mejora en los tipos conocidos de las sales, a la producción de otras nuevas clases solicitadas por los consumidores, y a la apertura al consumo de nuevos mercados, uno sólo de los cuales, el de la India inglesa, antes cerrado por completo a este producto español, lleva traza durante el año en curso de representar embarques por más de cien mil toneladas, y otro como el del Río de la Plata, que no consumía un gramo de sal de Torrevieja, aproximadamente la mitad de aquella cifra; de suerte que no considera este Ayuntamiento muy aventurado suponer que dejando a un lado las demás mercancías, los embarques de sales, hoy ya más que duplicados desde el arriendo de las Salinas, han de llegar en breve plazo a trescientas mil toneladas; y como dichas Salinas son propiedad del Estado, partícipe además de los beneficios del arriendo, según las condiciones para el mismo convenidas, cuando se haga para para acreditar esta rada ante los armadores, convirtiéndola en puerto, no sólo vendrá a responder a una necesidad y conveniencia locales y por ende a los intereses generales de la Nación, si que también representa una utilidad directa para el Estado, durante y después del aludido arrendamiento.

Pero no es sólo la sal loe da vida y animación a esta rada: otras muchas mercancías son objeto de importación y exportación en la misma, que aumentarían con la garantía de un puerto para las naves que han de anclar en ella, y muchas mercancías de la región y de otras inmediatas que hoy no pueden alcanzar sus naturales mercados de consumo por ser Torrevieja su punto natural de carga, y éste imposible, vendrían a exportación o a cabotaje por este puerto, una vez construido, lográndose así la anhelada, fácil y cómoda circulación de la riqueza que se traduce en definitiva por aumento y beneficios en la producción, por facilidades del consumo y por acrecentamiento de la riqueza y bienestar de la Nación y alza directa e indirecta de los rendimientos del Tesoro.

Así, pues, en términos de estricta justicia y de conveniencia general y local, Torrevieja tiene derecho de disfrutar de las comodidades y ventajas de un puerto con todas las condiciones que la acreditada competencia de nuestro personal facultativo aconseja dados los modernos adelantos y las circunstancias actuales de la navegación. Ello se reconoció paladinamente en época remota con necesidades menos apremiantes que en los actuales momentos […].

Imposible que perdure el actual estado de cosas, con el natural descontento de la población de Torrevieja y de toda la comarca interesada y el quebranto consiguiente de los intereses generales y locales. En la forma respetuosa que procedía acudieron los obreros de esta villa a V.E. el día 1.º de Mayo de este año en súplica de que se construya una escollera o espigón, y la instancia, presentada a este alcaldía, mereció la adhesión del Ayuntamiento que acordó se elevara a V.E. por conducto del señor gobernador con certificación del acta de la sesión, como así se hizo.

Digna bajo todos los conceptos de apoyo y aplauso la petición de esta clase obrera, representa en el fondo la necesidad sentida de poseer un puerto con todas las condiciones y a la altura de los modernos puntos comerciales, para lograr lo cual es natural suponer que deberán introducirse profundas variaciones en los proyectos conocidos, ya que son muy diversas hoy las necesidades del tráfico mercantil marítimo; y convencido este Ayuntamiento, después de haber estudiado el asunto y sus antecedentes, de que su deber le impone una gestión activa además de la adhesión general expresada a la solicitud de los obreros, acordó iniciarla con la presente instancia, seguro de ser atendido por V.E., ya que las razones en que la apoya no pueden ser más concluyentes.

A la autoridad indiscutible de los Inspectores generales de caminos, canales y puertos, D. Juan Ezcurdia, D. José García Morón y D. Eduardo López Navarro, acude para reforzar sus argumentos. En los informes por ellos emitidos acerca de las obras de puertos de España en la Península, con fecha 30 de enero de 1904, de cuyo luminoso trabajo se han tomado muchos datos para la presente solicitud, está demostrada la necesidad de estudiar con urgencia cuestión tan importante para los intereses generales y para el Tesoro; y ello por si sólo hace innecesario ampliar las precedentes indicaciones.

En virtud a todo lo expuesto, el Ayuntamiento de esta villa, en sesión de cuatro del actual, acordó por unanimidad acudir a V.E. con la presente instancia, suplicando a V.E. como en representación del mismo me cabe la honra de verificarlo, que se sirva disponer lo conveniente para que en el plazo de más breve posible sea un hecho la construcción de un puerto en esta rada de Torrevieja, a la altura de los antecedentes modernos según las necesidades del tráfico actual y probable, removiendo al efecto con la urgencia que las necesidades reclama las dificultades que a ello se opongan y tramitando los preliminares con la celeridad posible a fin de que pueda conseguirse sin más demoras que las precisas, la realización de una obra reconocida como necesaria por Soberana disposición hace más de cuarenta y cinco años y que cada día resulta más indispensable. Así lo espera confiadamente de V.E. esta Corporación municipal.

Torrevieja 7 de Julio de 1906 – Rafael Sala García.

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 17 de octubre de 2015

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