POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
GARRIDO Y BARILOCHE, DOS NOBLES AMIGOS. Son mis compañeros venerables en el bar de los mayores de Guadalix, donde tomamos café. Cada mañana se me acercan, me dan la mano con una sonrisa en la boca y con todo su cariño en el corazón. Cumplen 180 años, sumados en pareja de hecho, que es lo que son. Así, como ellos , me gustaría envejecer en pie. Se escapan de la Residencia de ancianos y se echan una partida de cartas. Luego vuelven al Hogar de la misma manera, sonrientes y charlatanes. Lo que se digan en el trayecto no lo sé. ¡Llevan tanta vida a cuestas, que no me perderé que me depositen en papel sus experiencias un día u otro.
MANO EL CABALLISTA LUSITANO. Lleva en Madrid más de treinta años, desde que a los veinte abandonara Évora, su bellísima ciudad portuguesiña. Se llama Manuel García Pedreiro y a diario me enseña una copla diferente aprendida de los labios de su madre. ¡Qué memoria más prodigiosa y sentimental la de este caballista que da clases de equitación a las juventudes aprendizas de torería, en las laderas verdes de la Sierra de Guadarrama! En esas coplas cuatriversadas, lindas y sentenciosas, se encierra la sabiduría popular de un país que es gemelo del nuestro, lo que viene a demostrar la universalidad de la poesía oral. Ay, viejo, quién te volviera a oír para rememorar!
BERTO EL GRANJERO. Ahora que apenas se cultiva la tierra y que los animales de labor y los de “hacer de vientre y estómago” (perdón, quise decir los que nos dan de comer), como cabras, ovejas, conejos y otras reatas y rebaños, han ido disminuyendo progresivamente…, Berto, mi ecologista Berto, que antes fue carnicero, se ha hecho dueño de un extenso campo casi baldío, lo ha vallado y lo ha transformado en una granja avícola, piscícola, cerdícola, gallinácea y hortícola, de la que me abastezco a placer de barato, como otros muchos, porque no usa producto químico alguno en su recuperación y le va muy bien el negocio. ¡Emprendedores míos jóvenes, a la tarea! Y dejar de llorar y de que os compadezcamos.
SATURNINO MUÑOZ GARRIDO. En Hontalbilla hizo de todo: pescó ranas y barbos, cazó gurriatos, resinó pinares, esquiló lana, talló la madera, ceramicó el barro, guardó rebaños con mastín, qué sé yo qué más. Fue y es un personaje multiusos y multioficios. Había que subsistir en el pueblo como fuera, trabajando en mil faenas a la vez. Luego ascendió a la capital y allí se quedó, con vacaciones en Chatún, por donde debe de andar redactando sus memorias, de las que ya publicó un tomo poético, que se abre con esta cuarteta: “Caminando y meditando voy buscando mi destino, recogiendo y regalando el sentir de mi camino”. Tengo que ir a verle por el Cega.
HOMBRRES Y MUJERES NATURALES. La naturalidad es la esencia de las cosas, pero la naturalidad brilla por su ausencia en las personas engreídas. ¿Engreídas por qué? ¿Por dinero? ¿por puesto político? ¿por ser general con mando en plaza de armas? Vanidad de vanidades. Somos iguales todos. Nadie es más que nadie. Es un dicho segoviano, señores.