POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
San Isidro, el santo labrador patrono de Madrid en patronazgo compartido con su esposa Santa María de la Cabeza, tiene hoy, 15 de mayo, su fiesta de celebración.
Madrid revive con intensa alegría sus antiguas tradiciones de romerías, verbenas, bailes… y todo lo que fuere menester.
Y allá, en la Pradera del Santo, habrá atracciones, trajes típicos, organillos, chotis, barracas, puestos de chucherías… Y, por supuesto, no faltarán tenderetes con su oferta de rosquillas tontas, rosquillas listas, rosquillas de Santa Clara, rosquillas francesas… y ROSQUILLAS DE LA TIA JAVIERA.
¿Quién era la Tía Javiera?
La respuesta más fiable a esta pregunta nos la dio don Jacinto Benavente en un artículo que escribió -y se publicó- en el diario ABC en fecha 10 de mayo de 1950.
Don Jacinto, que nació en 1866, nos cuenta que su padre fue, cuando joven, médico en VILLAREJO DE SALVANÉS, y que allí conoció a una sobrina segunda de la Tía Javiera, fallecida esta en el primer tercio del siglo XIX sin descendientes directos (hijos y sobrinos carnales), que elaboraba también las tan acreditadas rosquillas y vendía en la romería de San Isidro. Tal parece demostrar un anuncio publicado en 1863 en la prensa madrileña y que aquí reproducimos.
Todo indica, pues, que la Tía Javiera era natural de Villarejo de Salvanés y no de Fuenlabrada, como sospechan algunos. Tanto es así que hasta he visto cómo una persona asegura esto último, en 2014, testimoniando que es amiga de… ¡una hija de la famosa rosquillera!
Las rosquillas de la Tía Javiera eran de las que aún hoy se llaman «listas» porque llevan un baño blanco. Tan grande fue la fama de la buena señora que muchas elaboradoras se decían familiares suyas, «corriendo » por el Madrid de los finales del siglo XIX y comienzos del XX la siguiente copla:
«Pronto no habrá, ¡cachipé!,
en Madrid duque ni hortera
que con la Tía Javiera
emparentado no esté»
En fin, feliz día de San Isidro.