POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE
Esta es la semana del cambio, que comienza con Ana Botella en la alcaldía y terminará con Manuela Carmena ocupando ese sillón el próximo sábado, si es que una ecuación inédita e imprevisible, no tuerce lo que hoy parece enderezado por el apoyo de Carmona, que sólo tiene en común con la futura alcaldesa, un gran parecido en su apellido, igual, salvo una letra.
Antonio Miguel Carmona no va a tener en cuenta que Pablo Iglesias le llamara «subnormal» y otras lindezas a la hora de apoyar a la candidata de Iglesias para que sea alcaldesa de Madrid, ni al líder de Podemos le va importar que esto sea posible gracias a la casta. El poder hace que se echen pelillos a la mar, que se cure todo.
Hoy me he acordado de la futura alcaldesa y de sus planteamientos respecto al tráfico, con dos medidas muy peculiares anunciadas: limitar la velocidad a 30 k/hora en toda la ciudad y conseguir un tráfico más amable. Por lo que respecta a la primera, no hace falta que la ponga en marcha, porque en las horas punta, que cada vez son más punta y más horas diarias, ya se circula a menos de 30 kilómetros por imperativo de los atascos. Si se quiere globalizar esa limitación a los conductores que circulen fuera de las horas punta, se habrá conseguido que el caos sea para todos igual, que no haya diferencias por cuestión de horario a la hora de participar del tapón. Hoy es uno de esos días donde habríamos firmado el poder alcanzar una velocidad de 30 k/h.
Otra de las medidas anunciadas por Manuela Carmena, es hacer un tráfico más amable. Y aquí es donde no lo tengo claro. ¿Significa que se sacará de la chistera, o de sus antiguas puñetas, una fórmula mágica para que circular por Madrid sea un placer, una delicia, un éxtasis que nos haga a todos ir sonriendo, alegres y confiados, al volante?, ¿o se trata de que aún estando los conductores al borde de un ataque de nervios, quemando paciencia en los atascos y no pudiendo pasar de 30 cuando tengan oportunidad de hacerlo, no reventemos el claxon, no mostremos mal humor, no discutamos y saludemos con una sonrisa tanto desasosiego, bajo pena de multa si no lo hacemos?. La que se avecina.
Fuente: http://www.madridiario.es/