POR MIGUEL ALCOBENDAS FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE ALGETE (MADRID)
En el año 2009 dedicamos este espacio a Don Juan Alonso de Moscoso. Este año volvemos a homenajear a tan ilustre personaje y su fundación. El curso escolar que estamos empezando es un año para conmemorar y celebrarlos cuatrocientos años del inicio de funcionamiento de la “Escuela del Obispo Moscoso” y recordar a este gran hombre en el cuarto centenario de su fallecimiento.
El 27 de febrero de 1614, el célebre algeteño Don Juan Alonso de Moscoso, en aquellos momentos, Obispo de Málaga, compró una casa en la plaza que dedicó a escuela gratuita, para que “los niños aprendan a leer, escribir y la doctrina cristiana”.
Para su mantenimiento y el sustento del maestro, dejó unas rentas a través de su fundación u “obra pía”. Le escuela estaba situada en el lugar en que actualmente se encuentra la Escuela de Música, en laque aún se conserva, aunque en mal estado, el escudo del Arzobispo Moscoso.
Con el paso del tiempo el edificio y las circunstancias sociales han cambiado, pero se mantiene viva la escuela, heredera de aquella primera, ahora como colegio bilingüe “Obispo Moscoso”, por la que tantas generaciones de algeteños hemos pasado y nuestros jóvenes aún lo siguen haciendo, preparándose para un futuro prometedor. La escuela se mantuvo en el mismo edificio y custodiada por la fundación, hasta finales del siglo XIX.
No obstante, a causa del mal estado de la edificación, y ante la ausencia de recursos, el Estado, quizás por la intervención del Duque de Algete, construyó un nuevo edificio en 1891, también en la plaza, en el espacio que ocupaba el pósito de la iglesia y que había sido desamortizado.
Estas escuelas de niños y niñas con viviendas para maestros se mantuvieron en pie hasta1962, cuando se hizo el edificio que en la actualidad alberga dependencias municipales, con cuatro aulas y cuatro viviendas para cada uno de los maestros.
Algete fue creciendo y las cuatro aulas no eran suficientes, por lo que se volvió a utilizar el primitivo edificio y otras dependencias, hasta que en 1979 se construye el colegio en el Retamar con dieciséis aulas
Don Juan Alonso de Moscoso López
Nació en Algete el 9 de junio de 1532. Sus padres se llamaban Juan Alonso de Moscoso y Catalina López. Tras sus estudios en Alcalá y distintos cargos, fue nombrado obispo de Guadix, León y Málaga y arzobispo de Santiago de Compostela, aunque no llegó a tomar posesión. Siempre se preocupó por los demás y buscó la forma de ayudarles. Falleció en Antequera (Málaga) el 21 de Agosto de 1614 y depositados sus restos, de forma provisional, en la capilla de Cristo de la catedral de Málaga, que él había fundado, para más tarde, como había pedido, ser trasladado a Algete, donde fue enterrado en la iglesia.
Pero más que explicaciones, en este pequeño homenaje y felicitación, queremos compartir algunos fragmentos de la escritura general de la Fundación, fechada unos meses antes de su fallecimiento, en la que trata aspectos de la escuela, que nos emocionan por su cariño a Algete, nos trasmiten su sabiduría y nos pueden animar a seguir su ejemplo, por supuesto desde una perspectiva actual:
Escritura del Memorial que el Sr. Don Juan Alonso de Moscoso, Obispo que fue de Málaga, hizo para el buen gobierno y administración de las obras pías que dejó fundadas en esta villa de Algete con el principal de 22.000 ducados, el cual otorgó ante Melchor de Mujica, escribano en dicha ciudad de Málaga en 16 de marzo del año de 1614.…”el año de mil seiscientos tres, con la natural afición que tenemos a la villa de Algete, nuestra patria, al ornato de aquella iglesia y a la buena educación de los que nacen y se crían en ella, le hicimos una donación… de cuatro mil fanegas de trigo, … los otros dos mil ducados, para una escuela, donde se ha de enseñar la doctrina cristiana, leer y escribir a los niños, … hemos juntado otros diez y ocho mil ducados, que todos hacen veinte y dos mil ducados con que hemos fundado este Monte de Piedad para obras pías en que se han de emplear todos los réditos que son mil y cien ducados, que todo es en mayor aprovechamiento de la dicha Villa de Algete.… salario al maestro que enseñare a los niños de la escuela que exigimos y fundamos a honra y gloria de Dios, provecho y utilidad de la dicha villa de Algete y de los niños que en ella se crían.… es nuestra voluntad, y liberadamente mandamos que su maestro con gran diligencia y cuidado, procure guiar por el camino de la virtud a los niños… no se apartaran de él aunque sean viejos, y en los niños que son como tiernas plantas, con facilidad se les quita cualquier vicio… ha de procurar no solo que no hagan mal, pero que hagan bien,… obedientes a sus padres y superiores, honestos,…lean… y aún en las materias para escribir les pongan algunas sentencias provechosas para sus almas. Y trabaje el maestro para estar de ordinario con los discípulos, pues con la presencia estarán siempre compuestos… deseando que mis patronos busquen maestros que con gran fuerza enseñen virtud y leer y escribir. Verdad es que más quiero cuidadoso maestro seglar que descuidado eclesiástico.…la cual casa la tenemos comprada en la plaza de la villa de Algete del doctor don Juan Arias de Mendoza, nuestro sobrino … por escritura …
en veinte y siete días del mes de febrero de este presente año de mil seiscientos catorce
y della hicimos donación a la dicha escuela en el mismo día y ante el dicho escribano, en la cual queremos que esté la dicha escuela perpetuamente y se a morada de los maestros y que siempre sea reparada a costa de los réditos del monte de piedad y obras pías, de manera que esté bien acomodada para la habitación del maestro y para que también los niños tengan a donde se valer los veranos contra el calor y los inviernos contra el frío.
Verdad es certisima en Filosofía y Medicina que los niños que en la tierna edad son un fuego y que pasen a refrescar no se les ha de vedar el agua todas la veces que quieran beber y entiendo que con facilidad se podría sacar agua de los pozos más altos que la casa de la escuela y dellos se podría traer a ella una fuente para el servicio de la casa, que sirviese también a los vecinos. Encargo severamente a los alcaldes y regidores y a nuestro patrono, que cuiden como buenos cristianos, siervos de Dios, de administrar este su patronazgo con mucha fidelidad, pues es para el bien común, de manera que estos dos mil ducados, jamás se empleen sino en las obras pías para que son entregados, tan provechosas para los vecinos del pueblo y no sean liberales de hacienda ajena para otros negocios que será ofensa de Dios.