POR LEOCADIO REDONDO, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
A veces a partir de un nombre es posible engarzar unas notas. Ocurre así, en esta ocasión, con el de Les Arriondes, casería que se extiende en la zona baja y llana del valle que forman el Prá y el Piloña, al sur del pueblo de Ceceda.
A la citada llegó desde el vecino concejo de Piloña, hace bastantes años, un joven Arsenio Ardisana Noriega, el cual, estando allí, se casó con Adela Acebal Martínez, moza de Montecoya, naciendo en la casería el primer vástago del matrimonio, José Ramón. La familia pasó luego a vivir en Ceceda, donde verían la luz sus otros dos hijos; Josefina y José Arsenio. Adela Acebal, que contaba 77 años, falleció el pasado 4 de septiembre.
Antes que Arsenio, también vivió en Les Arriondes, de pequeña, Rosaura Cuesta Fernández, primera de los hijos del matrimonio formado por Santos Cuesta y África Fernández. La familia se trasladó después a Paraes y, con el tiempo, Rosaura se desposaría con José Vicente Ordóñez Noriega, más conocido como «Pepín el Turrau», fallecido el pasado 21 de marzo. Como es sabido, tras la muerte de Pepín los compañeros de la Coral, para honrar y conservar su memoria, solicitaron al Ayuntamiento una plaza con su nombre. Aprobada la concesión por unanimidad en el Pleno municipal, fue precisamente su viuda, Rosaura, la que, en la tarde áspera y lluviosa del sábado 30 de noviembre, y rodeada de autoridades, compañeros del coro, amigos y vecinos en general, descubría, con emoción contenida, la placa, de letras blancas sobre fondo azul, que reza: Plaza José Vicente Ordóñez Noriega, «Pepe el Turrau», y perpetuará su recuerdo en la villa naveta. (En otra ocasión escribí que Pepín había nacido en La Turrá. No fue así. Vino al mundo en La Vega-La Bilortera, parroquia de Tresali y tierra de su madre, y pasó a vivir en La Turrá cuando era pequeño. De ahí la razón del apodo cariñoso).
Por último, fue en 1962 cuando la familia encabezada por Quintín Rodríguez Pérez y su mujer, Celia Gómez García, naturales de Folgueras, Tineo, adquirió la posesión de Les Arriondes, si bien no se trasladaron a vivir a la misma hasta el año 1964. Del matrimonio nacieron cinco hijos, todos varones, según detalle: Fernando, José Ramón, Alfonso, Manuel y Pablo. Después de pasar la mayor parte de su vida viviendo en Les Arriondes, parroquia de Ceceda, Quintín falleció el pasado 2 de diciembre, a los 93 años. Hombre prudente, discreto, de fácil sonrisa bajo el cuidado bigote, Quintín fue tratante, y así rezaba en su esquela. Por esta razón conocía, y era conocido -y apreciado- en todos los mercados de Asturias, así como en los de las provincias limítrofes. Hoy, tanto Quintin como Adela descansan para siempre en el camposanto de La Pucherina.
Vidas diferentes, tiempos distintos, pero, en un cierto momento, un lugar común: Les Arriondes.
Fuente: http://www.lne.es/