POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CÁCERES
El próximo sábado, 13 de Junio, a las 19.30 horas saldrá en procesión la imagen de San Antonio del Barrio o de la Quebrada desde su ermita hasta la Iglesia Parroquial de San Mateo recorriendo las calles del barrio judío cacereño, como viene siendo tradicional desde hace siglos.
Vamos a recordar algunos aspectos de la biografía y obra de San Antonio. Benedicto XVI nos señala que San Antonio de Padua es uno de los santos más populares de toda la Iglesia Católica adorado en el mundo entero. Sus devotos, entre los que nos encontramos miles de cacereños, lo veneramos con el lirio en la mano, símbolo de pureza y con el Niño Jesús en brazos, recordando una milagrosa aparición del Niño Jesús que tuvo y que recogen algunas fuentes biográficas de la época.
Para los momentos actuales, que innegablemente son momentos de crisis económicas, pero sobre todo de crisis de valores, la figura de San Antonio es ejemplar porque en su vida nos dio toda una lección de espíritu caritativo y de amor a los humildes y necesitados, por lo que se le considera el patrono de los pobres.
San Antonio nos dijo: ‘La caridad es el alma de la fe, hace que esté viva; sin el amor, la fe muere’. Esta es la primera reflexión que nos dio San Antonio que debemos ser caritativos en nuestra vida.
San Antonio de Padua es un santo de origen portugués, nacido en Lisboa alrededor de 1.191. Sus padres María y Martín le pusieron de nombre Fernando aunque a los 26 años cuando se hizo franciscano, tomó el nombre de Antonio por la devoción y cariño que tenía a San Antonio Abad.
A la edad de quince años entró en el monasterio de los Canónigos Regulares de San Agustín, de San Vicente de Fora en Lisboa, donde permaneció formándose dos años. Trasladándose posteriormente a la abadía de la Santa Cruz de Coimbra, donde siguió su formación.
Durante los ocho años que permaneció en Coimbra consagró todo su ardor juvenil a los ejercicios de piedad y al estudio de la verdadera sabiduría, dedicándose al estudio de la Ciencia de la Sagrada Escritura, o lo que era lo mismo a la Teología.
Por ello se le conoce como el primer Lector de Teología o de la Sagrada Escritura, convirtiéndose en un auténtico Maestro, difundiendo la Luz del Evangelio por todas las partes donde estuvo, destacando por la predicación de la palabra de Dios y por su gran sabiduría y elocuencia. Para él la Sagrada Escritura es ‘toda ella oro purísimo en que no hay ningún desperdicio’.
Esta es la segunda de las lecciones que nos da la vida de San Antonio la importancia de la lectura y la reflexión del evangelio.
Fue educado en la escuela de San Agustín y coincidió con San Francisco de Asís en su devoción y protección a los animales como criaturas de Dios, recordemos la famosa canción de los pajaritos; siendo los patronos de los movimientos ecologistas que empeñan sus esfuerzos en el cuidado de la naturaleza y del medio ambiente. Esta es la tercera lección de su vida el respeto por cualquier condición de vida sea animal o humana.
Toda su vida fue un ejemplo de espíritu seráfico de pobreza, de humildad, de sencillez, de austeridad y de amor a Dios y al prójimo.